Capitulo 1: Regreso a Clases

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                                                               "Las malas personas

                                                 No pueden ser buenos Periodistas."

                                                                                                                                    ─ Ryszard Kapuscinski


Por la ventanilla del carro se ve un hermoso amanecer de verano, que amenaza con ser caluroso; el sol radiante sale detrás de las hermosas montañas que adornan la carretera. Las vacaciones acaban y la escuela está a solo un día de comenzar; el último año de escuela, para muchos el mejor de su vida, para ella solo otro año de estudios que significaban el paso a la universidad. ¿Qué haría en la universidad? De hecho nunca se había planteado esa pregunta y en ese momento no le interesaba, lo único que quería era disfrutar de sus pocas horas de descanso y relajación.

─Lya.- dice su mamá desde el asiento delantero.

─ ¿Si?

─ ¿Qué piensas hacer en tu regreso a clases?

 
 ─No mucho, lo mismo de siempre.

─ ¿Molestar a las chicas populares?- dice su padre viéndola por el retrovisor.

─Pues no había pensado en eso, gracias papá.

─Mark, no le des ideas.- reclama dándole un pequeño golpe en el brazo, mientras Mark le guiña un ojo a su hija.

Lya se pone sus audífonos mientras sus padres desatan una pequeña discusión.

Después de varias paradas en el camino para comer y estirar las piernas, el paisaje comienza a volverse menos agreste y comienzan a aparecer pequeñas cabañas a la orilla del camino las cuales aparecen cada vez más seguidas, la señal de que la ciudad está cada vez más cerca. El viaje a comparación con otros no había sido tedioso, Lya en realidad no sabía porque podría ser su actitud, o el simple hecho de mañana tendría que ir a la escuela su lugar menos favorito, y decidió disfrutar el momento. Unas cuantas horas después y algunos kilómetros más, la ciudad brillaba ante ellos llena de farolillos que iluminaban las calles haciendo que pareciera de día aun; los típicos embotellamientos infestan las calles con los trabajadores que luchan por llegar a sus hogares, y algunos trasnochadores que salen a pasear. Pero esto como muchas otras veces no molesto a Lya, de hecho parecía disfrutarlo al igual que sus padres que mantenían una feliz conversación acerca del viaje.

─ ¿Estas bien Lya?- pregunta extrañada su madre ya que no escuchaba las típicas quejas de su hija.

─Sí, todo bien

─Estas muy cayada.- dice volteando la cabeza para verla y asegurarse de que estuviera bien.

─No, solo que no hay nada que decir.- contesta, y ve como su madre se voltea extrañada por el  inusual comportamiento de su hija.

Ahora que lo pensaba bien, ni ella sabía por qué no estaba molesta, vio a su alrededor y observo lo que tanto le disgustaba y comenzó a pasear esa pregunta por su cabeza, tratando de encontrar una explicación a su extraño comportamiento, pero sin poder encontrar ninguna explicación. Pensó que tal vez algo había cambiado en su vida, en su mente o algo parecido; quedándose satisfecha con esta respuesta se acomodó en su asiento, teniendo esperanza que mañana en su primer día de escuela de su último año, todo sería diferente, no sería como los cuatro tediosos años que había tenido que recorrer, algo le decía en su interior que todo sería diferente y sin querer poco a poco se quedo dormida felizmente esperando que el siguiente día fuera como ella pensaba.


De pronto un disparo sonó desde afuera y el grito de unas cuantas personas lo acompaño. Lya se sobresaltó por aquel acontecimiento que cada vez se hacía más común.

Secuestro de Media NocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora