Capitulo 5: Primera Reunión

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Era lunes y ya había transcurrido una semana desde todos aquellos extraños acontecimientos y efectivamente una semana de haber comenzado la escuela. Era algo inusual, pero Lya se levantó muy feliz aquella mañana animada por ir a estudiar y como siempre se sorprendió por su estado de ánimo, ya que durante prácticamente toda su vida había sentido odio por las mañanas y especialmente las de los lunes. Pero había cambiado ese lunes, era parte del club de periodismo y ese día era su primera reunión y estaba ansiosa por saber que le esperaba ese día.

Bajo corriendo las escaleras, para encontrarse a su madre lista para gritarle que se apurara o llegaría tarde.

-¿Qué es lo que te pasa hoy?

-Nada, me siento genial.- responde Lya con una sonrisa al ver la cara de sorpresa de su madre.- Adiós mami, nos vemos más tarde.

-¿No comerás nada?

-No, comprare algo en la máquina expendedora.

Salió de su casa y se dirigió a la esquina donde se reunía con Karen para ir a la escuela como lo habían hecho desde el primer día; solo que ese día parecía estar en compañía de alguien más, un señor o de hecho un joven de unos 25 hablaba con ella muy relajadamente, esto le pareció extraño a Lya ya que nunca la había visto hablar con alguien a esas horas de la mañana, ya que siempre se dedicaba a recordarle que llegarían tarde por su culpa, pero esta vez estaba muy tranquila como si no se hubiera dado cuenta de la hora.

-Hola, buenos días.- saluda un tanto desconfiada.

-Hola Lya.- responde sin mucha importancia.

-¿Y con quien tengo el placer?

-Ah, él es Anthony

-Hola.- saluda Lya un tanto desconfiada, ya que se le parecía conocido, pero no lograba recordar quien o donde lo había visto.

Pero Anthony en vez de devolver el saludo carraspeo y pareció sentirse incómodo con la presencia de Lya, lo cual le pareció aún más sospechoso.

-Bueno adiós.- dijo apurado, mientras se despedía de Karen, ignorando completamente a Lya.

-¿Y bien, quien era ese sujeto?

-Lo acabo de conocer, mientras te esperaba.- dice quitándole importancia.

-¿Y que quería?

-Nada, solo pregunto dónde vivía y hablamos de muchas cosas.

-¿Acaso tus padres no te enseñaron a no hablar con extraños? Y mucho menos a darle tu dirección.- responde Lya un tanto enfadada.

-No es para tanto.

-Claro que sí. ¿No te parece raro que se te acerque sin siquiera concerté y te pida tu dirección? Y no se no me da una buena pinta.

-Sabes que, hablamos después de la escuela.- dice mientras se dirigía a su salón respectivo.

Mientras que ella iba a sentarse a escuchar un aburrido sermón sobre "Literatura Clásica" el cual sería tan aburrido como los demás que lo precedieron. Durante las clases siguientes y el receso Lya y Karen no intercambiaron muchas palabras de hecho casi ni se dirigieron la palabra, lo cual era mucho más extraño pues Karen son de las personas que aman hablar y compartir historias y anécdotas de su vida.

Al sonar la campana que indicaba el fin de las clases, Lya se dirigió rápidamente al salón donde se reunirían; era un pequeño salón de aspecto mugriento, al final del pasillo del segundo piso. Aunque el lugar era espectacular pues tenia tapizada las paredes con periódicos tanto antiguos como nuevos que le daban un toque acogedor; Lya entro y tomo un lugar frente a una mesa sin dejar de examinar los periódicos junto a la cual había más asientos y un pequeño computador. Unos minutos después, aparecieron Fernando y Alex y detrás de ellos Karen que parecía atareada con unos papeles alborotados de un portafolio.

-Hola y bienvenidos a la primera reunión.- saluda con una gran sonrisa que dejaba ver su extrema emoción.- Sin más que decir daremos inicio y para que este club se desempeñe de la mejor manera nos repartiremos los trabajos, este es el orden:

Fernando: Deportes

Alex: Datos Curiosos

Lya: Noticias generales y

Yo: Farándula.

Lya levanta la mano.

-¿No había un integrante más?

-Sí, pero no pudo asistir y es la encargada del diseño del periódico; así que espero sus ideas la próxima reunión.

Lya se fue más animada que nunca de la escuela pues ya sabía de qué hablaría y estaba emocionada por ello, ¿que sería mejor que una noticia que ella misma había vivido?

Secuestro de Media NocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora