Lya no había podido asimilar lo que hace tan solo unos días había escuchado en aquel edificio mugriento de los límites de la ciudad. Aunque había tratado de meditar mas acerca del tema, ese día era especial y no quería que un puñado de criminales lo arruinara. Mientras se peinaba frente al espejo Lya trataba de que hablar con Karen aquel día, sabía que probablemente estaría cansada pero no podía esperar a contarle todo lo que había sucedido. Lya bajo las gradas y se dirigió a la sala donde su mamá leía una revista de cocina, se despidió de ella con un beso mientras indicaba que iría a ver a Karen.
— Dale mis saludos. — dijo mientras Lya atravesaba la puerta que daba a la calle.
Mientras caminaba por la calle se dedicaba a ver la ciudad, fue una caminata relajante nunca había disfrutado tanto de la ciudad como este día; cuando llego al hospital vio a los padres de Karen eso supuso pues le cruzaban sus brazos por los hombros y caminaban felices hacia la salida. Karen levanto una mano para saludarla mientras Lya corría hacia ella.
— ¡Oh! Hola Lya. — dice la mamá
Lya no sabia que decir o hacer, simplemente era magnifico volver a ver sana a Karen. Después de un momento Lya recordó que no estaban solas, así que apretó una vez más a Karen y saludo a sus padres los cuales no conocía del todo bien en especial a su padre, que la veía con cierto desprecio seguramente por haber sido poco cortes y además por haber sido prácticamente que su hija estuviera al borde de la muerte.
— ¿Te gustaría ir a nuestra casa para tomar una pequeña merienda? — pregunta la madre de Karen — Además supongo que a Karen no le ira nada mal un poco de ayuda para arreglar su cuarta después de tanto tiempo.
— Si, claro — dice sonriendo a Karen
Caminaron al estacionamiento del hospital siguiendo a los padres de Karen en silencio, hasta una camioneta Range Rover impecable.
— ¿Eso es tuyo? — pregunta con la boca abierta
— Si, jajajajaj
Luego de subir a la lujosa camioneta se dirigieron a los barrios más ricos de la ciudad, viraron un par de veces y pasaron frente a una calle que Lya logro identificar como la calle de Fernando, jamás en su vida imagino tener amigos de una posición económica tan elevada. Se detuvieron dos calles mas abajo frente a una lujosa cada de dos niveles con un patio frontal impresionante flanqueado por árboles que proporcionaban mucha sombra; Lya estaba estupefacta. Se dirigieron a la entrada y entraron a un gran salón principal con dos escalonadas a ambos extremos del salón, un aroma espectacular inundaba todo el lugar, al caminar podía ver su reflejo en el impecable piso de mármol.
— Bueno, estas en tu casa — dice la madre con gesto amable
— Gracias
— Bueno, ven tienes que conocer mi cuarto — dice Karen jalándola del brazo
Subieron por las escaleras hacia el enorme pasillo que daba a las habitaciones y entraron en la primera puerta, la cual dejo al descubierto un cuarto enorme con grandes ventanales y un balcón que Lya supuso daba a la piscina, también había un pequeño escritorio al extremo opuesto de la cama y junto un ventanal había una especia de salita con una mesita al centro rodeada por varios sofás.
— ¿Esto es tu cuarto?
— Si — responde con una pequeña risita — Siéntate, no te vas a quedar todo el rato ahí.
— Pues yo no creo que haya que ordenar algo aquí.
— Tranquila, fue solo una excusa
— ¿Por qué?
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Secuestro de Media Noche
Misterio / SuspensoLos ataques de una banda criminal terminaran con la paz de la ciudad. Lya y el club de periodismo de su escuela intentaran desenmascarar sus oscuros secretos. Todos los derechos Reservados.