Capítulo 12: La Investigación

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Lya no pudo dormir esa noche, le aterraba el recuerdo de ese hombre y más en pensar que era el padre de una persona a la que ella consideraba su amigo. Por momentos su mente se sentía culpable por haber confiado en un tipo como el, pero ella sabía que no era culpa de él, el que su padre fuera un secuestrador. Sin poder conciliar el sueño y sin poder guardar más aquel recuerdo incómodo llamo a Fernando.

─ ¡Halo!─ dice bostezando.

─ ¡Hola Fernando soy yo Lya! Perdón por molestarte a esta hora pero tengo que hablar con alguien.

─ ¿Tienes idea de la hora que es? Más vale que sea importante.

─ Si, lo lamento pero paso algo muye extraño en el hospital y no puedo dejar de pensar en eso.

─ Está bien, dime.

Después de que Lya contara lo sucedido en el hospital con lujo de detalle, a Fernando se le quitaron las ganas de dormir y estaba atento a las palabras de Lya.

─ ¿Y crees que Anthony esté implicado en todo esto?

─ Lo dudo, no pienso siquiera que sepa quién es o en que este metido, lo único que tiene son sospechas.

─ ¿Y qué piensas hacer?

─ Creo que sería un buen comienzo para el diario del colegio, investigar a uno de sus miembros.

─ ¿Y cómo estas tan segura que es un miembro de la pandilla?

─ No creo que una persona normal quiera secuestrar a otra por diversión.

─ Bueno, hablamos mañana.─ dice bostezando.

Lya pudo dormir bastante bien las siguientes dos horas que le quedaban de sueño; después de arreglarse bajo corriendo las escaleras llena de alegría y expectativa por lo que iba a pasar aquel día.

─ Te ves muy contenta hoy.─ dice su mamá viéndola extraño.

─ ¿Enserio? ─ contesta con una gran sonrisa.

─ Fingiré que esto no está pasando.─ dice su mamá─ Regresa temprano, de acuerdo.

─ Si, de hecho me quedare con unos compañeros después de la escuela, para hablar acerca del club.

─ Está bien, pero no regreses después de las siete.

Lya se despide con un beso de su mamá y sale de la casa lo más positiva que se había sentido en años. Mientras camina por la calle desierta, piensa en los lugares en los que podría empezar su investigación y en realidad no se le ocurre ninguno.

La escuela pareció interminable, Lya nunca había estado tan impaciente. No presto atención a las clases, ni siquiera apunto nada estaba perdida en sus pensamientos sin dejar de hacer suposiciones fantasiosas acerca del padre de Anthony. Al sonar la campana que indicaba el final de las clases, fue la primera en salir de su salón y se apresuró a salir hacia la puerta principal para esperar a Fernando.

─ ¡Hola! ¿Estás bien?─ dice Fernando al notar la expresión de Lya

─ ¡Se supone que salieras rápido!─ dice gritando

─ Oye tranquila.─ dice haciendo para atrás aterrado de aquella bestial reacción.

─ Bueno, eso ya no importa.─ añade─ Perdón, solo estoy muy ansiosa por investigar todo esto.

Fernando ríe.─ ¡Esta bien!

Caminan juntos hacia una cafetería cercana llama "El buen café" aunque todo opinaban que no era tan bueno, era un punto estratégico de reunión para estudiantes y trabajadores, además de tener conexión a Internet. El olor a café les irritaba la nariz pero era un cómodo lugar para estar, eligieron una mesa en una esquina alejada del gentío y sacaron sus laptops. Buscaron el nombre del señor y les sorprendió la cantidad de información que había sobre el sujeto, al parecer en realidad era rico y había ocupado varios puestos en el gobierno especialmente como alcalde de la ciudad.

Secuestro de Media NocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora