Encontrarte Otra Vez ||R u s m e x||

Prólogo

Existen 5 eras de la existencia del Universo.

La destrucción de la tercera era causó una enorme explosión lanzando bolas grandes y pequeñas luces brillantes de energía cósmica, dándole un paso vivaz a la cuarta era de la vida.

Poco a poco, los planetas surgieron de una mezcla de elementos, junto a seres fantásticos, divinidades, llamados:

Dioses.

Las masas de energía más grandes se convirtieron en planetas, y las más pequeñas y brillantes en extrañesas y dioses...los primeros dioses padres de todos los seres extraños y fantásticos.

A estos se les nombró dioses del origen.

Sol y supremacía.

Equilibrio y orden.

Sabiduría y Justicia.

Mar y marea.

Guerra e ira.

Cielos y tormenta.

Inframundo y muerte.

Amor y destino.

Hogar y caza.

Sexo y lujuria.

Riqueza y prosperidad.

Cada es regida por una divinidad, la más imponente de todas y sobretodo justa. Con el fin de cada ser viviente, divino o no, puedes disfrutar de la Tierra en armonía con el resto. Por ello, está vez, se le designó tal misión al benevolente señor Sol.

Creado de la masa de energía más grande y brillante. Un Dios que aspiraba al equilibrio todo el tiempo y se encargaba de que la energía fluyera de la mejor manera.

Sin embargo, desde hace millones de años se ocultó su apariencia, porque su corazón fue hecho trizas. Su nombre no puede ser pronunciado, por que el ha hecho que sea olvidado.

Se dice que dejó de hacerse presente porque el amor de su vida murió y no se le ve sonreír. Pero resplandece todos los días por ese amor y la ilumina todas las noches para verla brillar.

LA LUNA.

A pesar que esta a kilómetros de distancia... El sol la admira desde lejos.

Con el fin de tenerla cerca por un momento, un minuto, un segundo. Hizo a los planetas existentes orbitar a su alrededor y de esta forma, creando los llamados eclipses posibles. No sé logra explicar como inmortalizó al amor de su vida y aún no puede tenerle cerca cuando el desea. Lo que es certero, es que nunca dejará de quererla.

Tierra, El planeta Tierra.

Lugar de vida, el planeta azul.

Pangea, la diosa que mantiene el orden, sigue al pie de la letra las instrucciones del Dios Sol, se corona como su más fiel servidora.

Y miren, apenas el alba de la luz del sol ha salido en el hemisferio norte, un joven Dios lo ha hecho también.

Con una sonrisa deslumbrante sale a la interperie para comenzar su deber.

El dios de la Fertilidad, un dios hermafrodito.

Mejor conocido como México.

Forma parte de los dioses descendientes.

Se dice que todo lo que toca florece y se multiplica. Tiene un corazón enorme y se distingue por su belleza.

Baja del cielo a la tierra en forma de águila real y retoma su apariencia humana ya en la superficie terrestre.

El equinoccio de marzo ha comenzado en el norte los árboles deben surgir de la tierra y las flores abrir sus pétalos.

La primavera en el norte ha dado inicio y el resplandor del dios Sol lo ha confirmado.

Con gran devoción, México ha fertilizado la tierra, ha llenado de color los alrededores, adora el cantar de los pájaros, le gustaría poder acompañarlos pero le era imposible.

Se elevó en el cielo con sus hermosas alas aún en forma de hombre para admirar el paisaje.

Le encantaba ver a los pajaritos anidar, para con sus pájaros bebés cuidar.

En la rama de un árbol a dos canarios abrazarse con sus alitas vio llorar. Se preguntaba la razón... Y el foco se le prendió.

Descendió del cielo acercándose a la pareja de canarios, una de ellas era infertil y huevos no podía dar.

- Dejen de llorar porque por mi voluntad fértil tu serás - bendijo México a los pájaros desde su mente y corazón.

Y así se hizo.

Una pequeña luz resplandeciente se hizo presente en el pequeño vientre del canario.

Los canarios canturrearon agradecidos  a lo que México una sonrisa les regaló.

Sin embargo...

Algo extraño pasó.

El cielo se nubló.

El Sol se ocultó.

El cielo retumbó a causa de un rayo anunciando la llegada de una tormenta feroz. Tal vista llamó su atención.

—Por las curvas de la Luna...

Un poco confundido se elevó al cielo, transformándose en un águila por completo.

El descontento en el corazón del joven floreció, cuando a lo lejos vió al responsable de que el cielo comenzara a teñirse de negro.

Odia que interfieran en su trabajo y con furia a él se aproximó, es muy estricto en ello.

Los latidos de su corazón se aceleraron extrañamente.

Pero eso no lo iba a detener.

¿O si?

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☀️

Ya llego su bichota!!!!
Espero me quieran acompañar en esta nueva historia, les juro no se arrepentirán de leerla.

Y no se que mas decir.

Bienvenidos.

Enseguida el capitulo 1.

Atte:Marr~🌊