Capítulo 35

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Cien Años
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Cien Años~•••~•

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De noche la luna despertaba, de noche el sol dormía.

De día el sol despertaba, de noche la luna dormía.

Pero oh gran sorpresa, la noche estaba cayendo y el sol estaba despierto.

—Hola de nuevo. Pangea. —saludó el dios Sol a la diosa.

Pangea yacía recargada en la ventana de su alcoba mirando el cielo con recelo, la luna había aparecido. Dio un brinco de susto al escuchar la voz de a quien tanto amaba y tanto temía.

— Señor... — murmuro incrédula mirándolo por completo.

— Tu cuello Pangea ... — señaló Maya.

No tardó ni un segundo cuando una grieta apareció en el cuello de la mujer. Esta cayó de rodillas por el inmenso dolor, se mordió la lengua para evitar gritar.

-— ¡¿Qué es esto?! –- pregunto horrorizada poniendo ambas manos en su sangrante cuello.

-—Tu condena de vuelta mujer –—

Jadeos, gritos y jadeos de dolor resonaban en toda extensión de tierra.

Los seres fantásticos y humanos se ocultaban temerosos por aquellos gritos tan desesperados.

¿Sería esto una primicia? —– se preguntaban todos aquellos.

Lo que ellos no sabían que esos gritos anunciaban la llegada de un nuevo ser celestial.

México estaba recostado en una cama de flores y hojas en medio de los manglares, Rusia había entrado en pánico. Solo se ocupaba de apretar la mano de su amado y pedirle que se a fuerte.

-— Tengo que ir por Japón, ella sabe de esto –— anunció Rusia intentando apartarse de México, pero este aferro su mano a la de su marido.

Se giro a verlo, el castaño tenía lágrimas en los ojos y le pedía con ello que no lo dejara, no podía decírselo, ni gritárselo, ya que solo sus gritos resonaban a consecuencia del dolor en vientre, pero si transmitírselo.

El órgano sexual femenino secundario del mexicano ya se estaba dilatando.

Rusia entendió el mensaje de miradas y se quedó con México, tendría el que encargarse del parto de su gran amor.

Lo acomodo bien a modo de que estuviera en posición de parto y le pidió que abriera las piernas. Levanto la túnica y vio la notable dilatación, no eran simples contracciones.

Encontrarte Otra Vez ||R u s m e x||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora