Un ligero frío, llegado con un soplo de viento, le golpeó el pecho y le hizo vacilar e inspirar hondo.
Después guardó el cilindro dentro de su abrigo y cruzó la verja de hierro que rodeaba el frente de su casa.
«Unos minutos de charla tranquila —pensó—. Involucrando un golpe, si las cosas se vuelven complicadas, y estaré en menos tiempo de lo esperado de vuelta en la habitación mirando a Razvan salir por la puerta.»
Todo era cuestión de saber hacer trampa con el tiempo, todos sabían hacer eso.
Examinó su aspecto en el vidrio de una ventana lateral de una tienda de pesca deportiva. Las canas se reflejaban con mayor intensidad bajo el sol veraniego en su corto cabello rubio. Pensó en la ironía del tiempo, podía manipularlo yendo al pasado, pero no rebobinarlo.
Tenía cada día más destreza cuando se trataba de viajar en el tiempo, pero sentía que nunca iba a poder entender muchas cosas.
Se dirigió a la casa de dos pisos color marfil que estaba a dos manzanas. A finales de su primera semana de fallecido, empezó a disfrutar con perspicacia los detalles del mundo exterior.
Inspiró el aire cálido y avanzó con cuidado por un callejón, pensando en la ironía de sus acciones. Disfrutar de la vida era algo que no se había esperado hacer después de la muerte.
Durante una semana había estado con el chico de la otra dimensión y Razvan, planeando las acciones de cada uno, y aunque sabía que esto no era parte del plan, consideró que no le llevaría mucho tiempo, tocó el timbre una vez frente a la puerta de la casa de dos pisos.
No salió nadie y decidió no esperar a que sucediera. Sacó las llaves de uno de sus bolsillos y justo en el momento en el que iba a insertar la llave en la cerradura bajo el pomo, la puerta se abrió dejando ver al rubio que no se esperaba ver durante los siguientes días.
Ronnie arrugó el entrecejo enfurecido y entró a la vivienda haciéndole a un lado de un empujón. El chico rio para sus adentros y cerró la puerta cuando el hombre entró.
— ¿Dónde estabas? —Ronnie espetó y se paseó por la sala
—Estaba en la dimensión Uno, preparando el terreno para la futura traición de tu hijo —contestó cerrando la puerta y girándose hacia el hombre—, ¿Tú qué estás haciendo aquí, Ronnie?
Ronnie vaciló, pero no lo exteriorizó.
—Ah —exclamó el chico—, ya recordé, viniste a "hablar" contigo mismo para que no fuera en vida lo que fuiste con tu hijo —sonrió moviendo la cabeza ligeramente de lado a lado—. Eso no acabó bien, Ronnie. Eres un... Digamos —se lamió los labios caminando hacia él—, una granada que se lanzó a otra cuya explosión terminó arruinando los planes.
Abrió ligeramente la boca y fingió indignación.
—Ah, Ronnie —repuso—, lamento haberte hecho spoilers —volvió sobre sus pasos y Ronnie le siguió—. Por desgracia mi papel en todo esto es preparar algunos terrenos y arruinar otros —señaló con orgullo e ironía—. Ya sabía que pasaría, así que decidí arreglar tu error.
Entraron a la cocina y Ronnie suspiró. El chico, a cambio, empezó a buscar en los estantes.
—No fue un error —indicó Ronnie sentándose y dejando sus codos sobre la barra.
El chico se giró e inspiró hondo con las cejas arqueadas. Después las bajó, relajado, y pasaron a formar parte de la sonrisa de complicidad que esbozó.
—Ah, ¿no? ¿Y qué fue? —dijo dejando sobre la barra los vasos de cristal.
—Solo quería arreglar un poco las cosas entre mi hijo y yo, no lo entenderías.
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Efecto Casimir
Ficção CientíficaYa había sucedido. No solo el dominio del tiempo, ya había sucedido las desgracias, muertes y destrucciones que originaron el caos. El pasado, el presente y el futuro debían hacer algo al respecto. Porque una vez que el tiempo fuese dominado, la re...