El Weindorf de Rothenburg tenía lugar en el llamado Grüner Markt y en el Kirchplatz del casco antiguo medieval, las empresas gastronómicas locales se presentaban con sus socios viticultores y se dedicaban a servir una gran diversidad de vinos de Franconia de alta calidad, así como bebidas no alcohólicas. Servían juntamente sus selectas especialidades regionales y de la alta cocina en un marco apropiado para animadas charlas en la distendida atmósfera estival.
A Razvan no le gustaban los lugares con mucha gente pero conocía a un Razvan que sí, el mismo Razvan que estaban buscando.
— ¿Estás seguro de que lo encontraremos acá? —Declan inquirió, juntó sus manos y las mantuvo pegadas a la altura de su pecho evitando pasar muy cerca de la gente.
—Desde luego que sí —aseguró y señaló un edificio color naranja—. Lo conozco bastante bien.
Declan frunció el ceño y siguió su paso.
Se abrieron paso entre la multitud hasta llegar a Anneliese Friese, un edificio cuya planta baja era una tienda de regalos y recuerdos para los turistas del festival. Razvan iba a entrar, pero una voz que llegó desde un grupo de personas que estaba frente al local llamó su atención... era el alcalde y junto a él, el chico que buscaba, rodeados de unas quince personas, todos sostenían una copa de vino tinto.
Observó al chico que buscaba, tenía una camisa de botones blanca muy bien planchada, unos pantalones caquis negros y unas zapatillas de cuero negro que traslucía, estaba junto al alcalde, un hombre bajo y calvo de unos cincuenta años cuyas arrugas se hicieron más notorias en el último año.
—Razvan —pronunció, como amenazando que estaba al borde de un colapso de ira. Miró a su alrededor, estudió la situación y dijo—: Creo que no es buena idea que vayas. Si te acercas a él, la institución Tiempo y Espacio en Control sabrá que estuvieron cerca con la probabilidad de que muchas personas lo presenciaron, y Leila se enterará.
—Lo sabrá de todas formas.
—No —llegamos hasta acá con el cilindro original, si llegasen a descubrir que vinimos les tomará tiempo y eso nos dará ventaja.
Razvan soltó aire y se pasó una mano por el cabello, molesto.
—¿Qué hacemos entonces? Yo no puedo ir porque Laila descubrirá más rápido que vinimos y tú no puedes ir porque le tienes miedo a las personas —soltó Razvan de forma abrupta. Su voz lo hizo reaccionar aunque no pudo evitar alzar las cejas con algo de sorpresa por lo último que dijo.
—No les tengo miedo, tengo miedo de lo que puedo hacerles y más si no tengo guantes —aclaró y tragó saliva, se tomó las manos por detrás de la espalda escondiéndolas con la gabardina y dijo, decidido—: Voy a ir.
Razvan se ofuscó pero no lo detuvo.
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Efecto Casimir
Fiksi IlmiahYa había sucedido. No solo el dominio del tiempo, ya había sucedido las desgracias, muertes y destrucciones que originaron el caos. El pasado, el presente y el futuro debían hacer algo al respecto. Porque una vez que el tiempo fuese dominado, la re...