Su expresión adoptó un aire preocupado.
—Esto puede ser peligroso... —murmuró—. ¿Razvan lo sabe?
Kes miró al niño durante un largo segundo y luego sonrió.
—Desde luego —confesó—. Él me envió.
El niño frunció el pequeño ceño y bajó la mirada al piso mojado, se reiteró todo lo que había dicho su <<yo>> del futuro de otra dimensión: —Debes entregarme el cilindro original y guardar la réplica que te daré, un Razvan del futuro vendrá a buscarlo, debes entregarle ese.
Se preguntó si realmente sería capaz de mantener una mentira por mucho tiempo, o tal vez, esconderla bien.
— ¿Y si ese Razvan me descubre? —preguntó removiéndose en la cama.
Kes respiró hondo, lo hizo de una manera exagerada, invitándolo a respirar profundo también.
El niño lo hizo paulatinamente.
—No te descubrirá —aseguró y transmitió una suficiente tranquilidad en sus palabras que hizo calmar al niño.
—Está bien —dijo finalmente—. Lo haré.
DIMENSIÓN UNO
La coleta alta de Leila se movía de lado a lado con mayor fuerza a la vez que caminaba más rápido.
Frederick iba trotando a su lado, esforzándose por seguirle el paso a la vez que acomodaba bien las hojas sobre el tiempo estructurado en el que se encontraban.
— ¿Crees que llegaremos a tiempo?
Leila volteó y lo miró de reojo, lo hizo de una manera que a Frederick le hizo estremecer y disminuir el paso. Se sintió confundido por un momento, pero luego recordó. No había hecho lo que Leila esperó que hiciera.
—Iban a sospechar —Frederick insistió, excusándose.
Fue como si hubiera dicho algo terrible. El rostro de Leila se tensó.
—Ya no importa. Solo camina y guarda silencio. —Advirtió.
Frederick se encogió de hombros y prefirió seguir la orden. Caminó detrás de Leila por un largo corredor de lo que parecía ser una iglesia católica. Era la primera vez que él estaba ahí. Miró cada detalle con atención. Había artilugios religiosos por todas partes, para él, un hombre hedonista, era abrumador.
Encontraron una celda y en él un hombre que apenas los vio, dijo:
—Razvan es la definición exacta de la resiliencia. —Dijo el hombre, tenía la voz muy ronca y rota, como si hubiese estado llorando o gritando por mucho tiempo—. Y tiene un Dios a su lado.
Leila se detuvo en seco, lentamente ladeó su cuerpo hacia atrás hasta mirar al hombre a los ojos, la luz solar colándose por las rejillas hacían resaltar el único color frío de ese lugar, el azul de sus ojos.
— ¿Te refieres al Dios que me dio el cilindro de la dimensión Uno?
El hombre levantó las cejas y miró cómo Leila salía del lugar dejándolo una vez más encerrado con la humedad, el frío, el hedor a orina y heces y al sufrimiento.
Ronnie cerró los ojos con fuerza y dejó caer su cuerpo a un costado, decidió dejarle todo a la suerte, porque el tiempo ya no estaba de su lado.
ESTÁS LEYENDO
Efecto Casimir
Science-FictionYa había sucedido. No solo el dominio del tiempo, ya había sucedido las desgracias, muertes y destrucciones que originaron el caos. El pasado, el presente y el futuro debían hacer algo al respecto. Porque una vez que el tiempo fuese dominado, la re...