Declan se lamió los labios y asintió paulatinamente. Se preguntó si debía decirle o no, hasta que decidió lo que sería más racional pero dado el tiempo que tenían, se dijo que lo haría después.
—Razvan -habló con tono serio y esforzándose por hablar lo más bajo y audible posible-, aún no te digo todo. Leila estaba desesperada por obtener tu dirección así que se la di y supongo que ya habló contigo. Yo estoy interesado en saber qué te dijo, porque honestamente, siento que a mí no me dijo todo lo que estaba sucediendo y por una obvia razón a ti sí te la dirá.
Razvan no comprendía muy bien.
—Leila no vino a hablar conmigo, no la he visto —aseguró.
—Razvan, viajé al pasado para hablar contigo —Razvan tenía la boca un poco abierta y el ceño ligeramente fruncido—. El tiempo, al igual que el amor, es unipersonal. Me dieron este cuerpo en una línea de tiempo y, esa línea de tiempo jamás ha dejado de correr, es imposible que suceda, así viaje al pasado o al futuro, mi línea de tiempo, ya que no creo paradojas, se queda parada. Así que, en mi tiempo, han pasado siete años desde la muerte de Emma —hizo una pausa para darle tiempo de digerir toda la información-. Leila fue a visitarme siete años después de la muerte de Emma, lo que te digo es que me pidió tu dirección y fue a hablar contigo. En mi tiempo eso fue ayer, pero en el tuyo, en este, aún no sucede.
Razvan asintió paulatinamente sin apartar la mirada del suelo.
— ¿Sí me comprendes?
Asintió una vez más. Se preguntó cómo estaría en 7 años, pero rechazó ese pensamiento cuando uno más se apoderó de su mente.
— ¿Quieres saber qué fue lo que me dijo Leila?
Declan enarcó una ceja.
—No quiero —aseguró—, necesito saberlo, necesito saber si podemos confiar en Leila. Es directora de una institución que estudia los tiempos en todas las dimensiones, tiene la tecnología necesaria para conseguir los cilindros antes que Lorcan, o al menos, las herramientas para organizarnos de la mejor manera.
—Okey —Razvan asentía, su semblante empezaba a traslucir optimismo-, lo haré. Viajaré al futuro y... —miró a Declan en busca lo siguiente.
—Viajará al futuro y le preguntarás a Razvan de 26 años qué fue lo que Leila le dijo, luego volverás a tu línea de tiempo, y me lo dirás.
<<Te esta manera traeré a Emma y a mi padre de vuelta, evitaré que Leila se pierda y buscaré a mamá.>> —Razvan pensó. Tenía más de una razón para reunir los cilindros y crear el efecto.
— ¿Cómo funciona? —inquirió levantando el cilindro.
—Debes presionar el botón y pensar en el tiempo y espacio al que quieres ir.
—Pero no sé en qué tiempo exacto y dónde Leila habló conmigo, ¿Y si cambio algo de mi presente? —la incertidumbre estaba aumentando acorde de los latidos de su corazón y su respiración.
—Razvan, el cilindro es original, puedes crear en el tiempo sin crear paradojas. Para cuando vuelvas no te habrás perdido nada. Si no sabes a qué tiempo y espacio debes ir, solo piensa lo que sabes, ¿Qué es lo que sabes? Que siete años después de la muerte de tu hermana Leila te buscó, ¿Tendrías cuánto? ¿Veintiséis?
Razvan pensó, imaginó, deseó y no funcionó. Finalmente decidió creerlo y desapareció. Viajó al futuro desplazándose de una manera súper lumínica a una distancia de escala cósmica en un periodo corto.
Tenía frente a sí a su <<yo>> del futuro, su <<yo>> de veintiséis años. El Razvan adolescente lo observó de pies a cabeza, no era mucho más alto que él, tenía los mismos ojos, aunque parecían cansados, sus parpados estaban caídos y sus ojeras hundidas. Tenía el cabello del mismo rubio oscuro, pero estaba un poco más largo y caía en una mata despeinada. El lugar olía bastante mal, agradeció que el viento se colara por la ventana, aunque no reconoció el lugar que se divisaba por encima del alfeizar, se dijo que, si su yo del futuro tenía la apariencia que tenía ahora y, vivía en el lugar en el que estaban ahora, no debía estar muy lejos del mismo lugar en el que años antes lo perdió todo... Rothenburg ob de Tauber.
—Soy tu yo del pasado —se presentó—, Emma murió hace dos días ¿Recuerdas cuando Declan fue a verme, verte... vernos —se corrigió tantas veces que por poco se confunde él mismo.
El hombre intentó recordar, pero finalmente negó con la cabeza.
— ¿Leila ya vino a verte? —prosiguió.
El hombre una vez más parecía pensar la respuesta.
—Mira, no sé qué te dijo Leila. Y dudo que no sepas qué fue lo que me dijo Declan, pero a la mierda ellos y lo que digan. Tú y yo tenemos más de una razón por la cual necesitamos crear el efecto, lo sabes bien, ¿no? Solo nos tenemos tú y yo. Tú y solo tú de otra línea temporal. Necesito que confíes en mí y yo confiaré en ti.
Hubo un momento prolongado de silencio. Finalmente, Razvan adulto decidió contarle todo lo que le dijo Leila, y el chico le contó todo lo que le dijo Declan.
— ¿Por qué no le diría que en la casa había un cilindro? —Razvan del futuro inquirió.
—No lo sé —confesó-, pero igual ya lo sabe, se lo mostré y me envió acá.
—No se lo quedó —musitó el anfitrión.
El chico elevó las cejas y meneó la cabeza de lado a lado.
—No tiene interés en él, ¿Entonces por qué se lo escondería a Leila? —prosiguió.
—Porque él debe saber algo más.
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Efecto Casimir
Fiksi IlmiahYa había sucedido. No solo el dominio del tiempo, ya había sucedido las desgracias, muertes y destrucciones que originaron el caos. El pasado, el presente y el futuro debían hacer algo al respecto. Porque una vez que el tiempo fuese dominado, la re...