Múnich contaba con un clima oceánico debido a su proximidad a los Alpes. Si bien sus veranos eran gratos, su invierno era bastante frío, sumado a que la ciudad estaba nublada durante todo el año.
A Declan le gustaban los días de verano, eran largos y calurosos, como una conversación incómoda.
Había hecho un acuerdo con Leila y cumpliría su parte, a su manera. Alquiló una habitación en el hotel Garni Kreuzerhof, muy cerca de Town Walls, los muros antiguos de la ciudad. Y caminó hasta Saint Jacob's Church, hasta la casa de Ronnie Owens. No había viajado a ninguna otra línea temporal, así que solo encontraría a Razvan, si es que estaba en casa. En todo el camino Razvan pensó las alternativas y, descubrió que no había; subió las escalinatas y tocó dos veces la puerta, lo suficientemente fuerte para que lo escuchen en cada rincón del fondo.
De igual manera, no tuvo que esperar mucho porque Razvan salió, estaba pálido, sus ojos estaban vidriosos, su cabello desordenado y su ropa arrugada, vestía unos pantalones deportivos grises, estaba en medias blancas y su camisa deportiva del mismo color estaba la mitad por dentro del pantalón y la otra por fuera.
Cuando se encontró nuevamente con su mirada, Razvan sonrió trasluciendo ironía y fue a cerrar la puerta, pero Declan detuvo la puerta con su mano.
— ¿Qué quieres? —Razvan murmuró, su voz se escuchó forzada.
—Necesito tu ayuda.
Razvan volvió a sonreír, abrió la boca para hablar, pero un hipo lo detuvo. Arrugó el entrecejo y lo miró rudamente.
—Está muerta -soltó sin más-, muerta —repitió—, se acabó.
—No tiene que acabar así—.
—Este es el mundo real, Dios del tiempo de la muerte —soltó con eufemismo, a Declan le pareció extraño, solo Emma lo llamaba así—. Los humanos no viajamos en el tiempo como tú, no matamos todo lo que tocamos.
—Yo no lo hice —aseguró Declan.
—Lo sé —Razvan asintió-, solo se acabó, ¿sí?
Razvan dio un paso atrás, sus ojos se llenaron nuevamente de lágrimas obligándolo a bajar la cabeza. Declan aprovechó el momento para entrar a la casa y cerrar tras de sí. Miró todo a su alrededor, la casa era enorme, estaba más desordenada y sucia de como vino la última vez, pero los espejos, las lámparas, el color blanco impregnando todo el lugar, opacaba toda la suciedad.
—Sé cómo traerla de vuelta —Declan informó con optimismo-. Yo nunca pude ver el tiempo que le quedaba de vida, por millones de años nunca me había pasado eso, tener una persona al frente, y no sentir su tiempo de vida. Con Emma, hay algo extraño respecto a eso. Mira, yo puedo viajar en el tiempo hacia adelante y hacia atrás sin crear paradojas, pero no puedo hacer que alguien o algo lo hago. Sé algo que sí lo hace, son unos cilindros, si los reúnes todos, puedes viajar en el tiempo y hacer que algo o alguien viaje, sin crear paradojas bucles, o fracturas, o al menos que así lo quieras. Literalmente obtendrías el dominio del tiempo de todos los universos inimaginables.
Para Razvan, todo era ininteligible, lo veía fijamente a los ojos, como si en ellos podría encontrar aquella pieza que le hacía falta para entender no las palabras de Declan, si no... Lo que había detrás de ellas.
—Emma murió —repitió Razvan-, es algo que ya pasó, podemos evitarlo... un sinfín de veces, pero igual, morirá, una y otra y otra vez. Me duele como a nadie más le duele su partida —Declan desvió la vista—, pero hay que aceptar la realidad, y es esa.
—Con esto, podríamos hacer que Emma viva por toda la eternidad si es necesario.
Razvan sonrió.
—Me lo imaginé, pero quise creer que estaba equivocado —Declan levantó los hombros en señal de que no sabía a lo que se refería—. Solo estás siendo egoísta, no puedes aceptar que de quien te enamoraste no es inmortal como tú, que en cualquier momento iba a morir dejándote solo por millones de años más y toda la existencia del universo.
Declan relajó las cejas y frunció sus labios.
—Estás siendo un idiota, estaba dando un ejemplo. Emma deseaba ser inmortal, deseaba no morir nunca -Razvan frunció el ceño y bajó la mirada-, y aunque yo sabía cómo hacer que lo fuera, le dije que no sería así, no quiero todo lo que he vivido para ella. Solo quiero que tenga una vida larga, plena y feliz. Yo sabía muy bien que esto pasaría, que ella moriría en cualquier momento y si te soy honesto, sí... estaba preparado para ese momento y estaría tranquilo, porque sé a dónde me metía relacionándome con un humano y enamorándome como sucedió con ella, sabía que su partida dejaría un hueco en mi alma y en mi existencia. Pero no está sucediendo ahora. Empezaba a creer que nunca vi su tiempo de vida porque la amaba y muy en el fondo, mi subconsciente me lo ocultaba, que mis sentimientos interferían con mis dones, pero ayer apareció una mujer en mi casa pidiéndome ayuda para unir los cilindros antes que un hombre muy malo lo hiciera y por simple casualidad esa mujer era Leila Owens.
Razvan abrió completamente sus ojos, dio un paso atrás y levantó la cabeza.
— ¿De qué estás hablando?
—Leila Owens fue a la cabaña, vino a esta dimensión a pedirme ayuda. Hay un hombre, el protector de la dimensión Dos, de donde viene, que logró obtener los cilindros de las 4 dimensiones y dominó el tiempo a su favor, tengo una leve impresión que la muerte de Emma tiene relación con eso. Por eso, Razvan, sé que nunca nos llevamos muy bien, pero realmente necesito tu ayuda. Y, si estoy equivocado, si el tiempo de Emma era ese y mi amor por ella no me permitía verlo, la dejamos ir. Pero también debemos ayudar a Leila, ayudar a que el tiempo siga viviendo sin nadie que lo controle. Por ahora Lorcan tiene el dominio del tiempo de la dimensión Dos, pero planea expandirse, podría llegar a esta.
—No tenemos tiempo —musitó Razvan.
—De hecho, esa es nuestra ventaja. Para Leila está sucediendo actualmente, pero viajó al pasado, a esta línea de tiempo en la que estamos. Aún no sucede. Debemos reunir los cilindros antes que él.
Razvan parecía estar pensando en algo. Trataba de digerir toda la información que había recibido a la vez que recordaba dónde estaba aquello que les podría servir. Corrió hasta la oficina de su padre y volvió con algo en las manos, Declan lo reconoció rápidamente, era un cilindro, y por la línea temporal en la que estaban, fantaseaba con que fuera el original de la dimensión tres.
— ¿Cómo es que tienes uno?
—Mi padre lo hizo antes de que yo naciera.
Declan frunció el entrecejo y se preguntó qué tanto no sabía Razvan. Porque los cilindros no fueron creados por humanos.
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Efecto Casimir
Ficção CientíficaYa había sucedido. No solo el dominio del tiempo, ya había sucedido las desgracias, muertes y destrucciones que originaron el caos. El pasado, el presente y el futuro debían hacer algo al respecto. Porque una vez que el tiempo fuese dominado, la re...