Tú Conmigo y Yo Contigo

Él la Recuerda

-¿Cuánto tiempo crees que resistan las barreras?- preguntó en un susurro con bastante preocupación.

-Ruperta uso hasta sus últimas energías vitales para que las últimas barreras fueran las más fuertes- respondió- les tomara bastante, solo espero que sea lo suficiente para que ellos lleguen hasta aquí-.

-Ya tengo localizado a Vegetta y al otro sujeto que tienen cautivo- agregó una tercera voz- ¿Deberíamos ir por ellos ahora?-.

Quien parecía dirigir al trío negó calmadamente- aún no podemos liberarlos, esperaremos la oportunidad- sentenció con calma- Arsilex ¿Tienes el reloj de arena?- preguntó.

El nombrado asistió- lo tengo conmigo-.

-Muy bien, no vayas a perderlo, sin ese reloj no podrán activar el templo y no podrán llevar a cabo sus planes, les daremos más tiempo con eso en nuestro poder- aseguró.

Estaban en un lugar seguro desde donde podían observar las acciones de Gaia y Less. Por mucho que él fuera un Dios aquel templo tenía una extraña "habilidad", nadie podía sentir la presencia de nadie y ellos al ser quienes más tiempo vivieron en ese desierto y cerca de ese templo lo sabían.

-Lexosi dime dónde tienen a Vegetta, debo ir a hablar con él. Arsilex ve a la entrada del desierto y espera a nuestros visitantes, ten cuidado de que nadie te vea, como eres el más pequeño te será más fácil escabullirte-.

-Bien, los esperaré e la entrada y los traeré hasta aquí Elyas- respondió el más pequeño perdiéndose de la vista de ambos mientras Lexosi le informaba de la ubicación exacta de su amigo.

-Bien, iré a hablar con él, espérame aquí y estate atento a sus movimientos y a lo que hablen- dijo saliendo por una especie de pequeño pasadizo.

-¿No encontraste algo? ¿Un pequeño alambre o algo así?- preguntó el azabache mirando en varias direcciones- ¡¡Besky!!-.

-No, perdón, pero no veo nada de eso...- respondió siguiendo con su búsqueda por los rincones de aquella cámara.

-Maldita sea- murmuró.

-Quizás yo pueda ayudar- dijo una voz llamando su atención de un susto.

-¿Dónde?- Vegetta miró seriamente la puerta principal, mientras Besky se ocultaba nuevamente en su llave oculta entre las ropas del joven héroe.

-Vegetta-.

El nombrado dirigió su vista hacia el lugar de donde provenía esa voz familiar, era una pequeña rejilla por dónde ninguna persona podría pasar. Con un pequeño chirrido la rejilla se abrió y dejo ver un rostro moreno que le sonreía, había pasado tanto tiempo desde la última vez que se vieron.

-Elyas- murmuró él azabache muy sorprendida- creí que... ellos... Elizabeth dijo... que gusto volver a verte- suspiró aliviado.

-El gusto es mutuo- respondió Elyas- entonces Elizabeth si te encontró ¿Cómo está ella?- preguntó.

-A salvó en Karmaland- respondió.

Elyas sonrió aliviado, desde que su prima partió él no había tenido noticias de ella y sólo esperaba que estuviera bien.

-Herny y Jesús también están bien- soltó Vegetta, recibiendo una mirada llena de sorpresa e incredulidad.

-¿Hablas en serio? ¿Están vivos? ¿Están bien? ¿Cómo?- las preguntas se atropellaban entre ellas en la boca del moreno.