La ubicación de los aldeanos

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Pasaron una media hora tumbados en la cama, tomados de las manos. Pero las voces de sus amigos en el jardín llamaron la atención de ambos. Decidieron bajar para ver qué sucedía y se toparon con todos en las casitas de los aldeanos.

-¿Qué hacen?- preguntó Rubius quien sujetaba la mano de Vegetta.

-Mientras los esperábamos para continuar hablando decidimos limpiarlas- respondió Luzu con calma.

-Y no vayas a salir con que "no era necesario" Vegetta- lo atajó Alexby sin mirarlo.

Vegetta sólo rodó los ojos con una nueva burlona- gracias- dijo simplemente.

Ambos se unieron a sus amigos para limpiar a fondo la sangre que cubría las casas. Borrando aquel mensaje que estaba dirigido a Vegetta.

-Luzu ¿Escuchas eso?- preguntó Willy que estaba junto al mayor limpiando una de las casas.

-Suena a moscas ¿No?- respondió a su compañero quien asentía.

-Pero no se ven cerca ¿O si?- preguntó mirando hacia todos lados pero sin encontrar rastro de los pequeños insectos.

Ambos miraron en varias direcciones, dejaron la casa bastante limpia así que no había razón para que hubieran insectos dando vueltas.

-Qué asco Vegetta, se escuchan en todos lados- escucharon a Rubius quejarse.

Willy y Luzu se asomaron en la casita en la que estaban Rubius y Vegetta y los encontraron mirando en varias direcciones buscando el origen del incesante zumbido.

-¿Ustedes también lo escuchan?- preguntó Luzu.

-Si, es molesto- repuso Rubius.

-Oigan- Alexby se asomó con Fargan- ¿acaso tienen un nido de insectos en casa o que mierda es ese sonido?- preguntó de forma abrupta.

Merlon se les unió a la charla y se dispusieron a buscar el punto exacto de aquel molesto zumbido. Rubius encontró una mosca posada en una de las paredes internas de la casita que había limpiado con Vegetta, la pared que comunicaba con la muralla y de pronto un "click" hizo en su cabeza.

-Vege- susurró llamado la atención del grupo- ¿puede... podría ser que las moscas... estén en la zona interna de la muralla?- preguntó.

El grupo quedó desorientado puesto que no sabían de que hablaba Rubius. Vegetta se horrorizo y salió corriendo a la torre izquierda de la mansión, el grupo entero lo siguió, pero cuando entraron ya no estaba.

-¿Dónde...?-.

Apareció de golpe a su lado, había usado un ascensor que estaba camuflado en el suelo para que nadie tuviera acceso.

-Veg- se acercó Rubius, lo vio pálido y con el ceño fruncido.

-Debí haber escuchado algo... es mi hogar... debí...- balbuceo.

Merlon bajó rápidamente por el ascensor al ver la expresión de Vegetta y prediciendo lo que se encontraría al bajar al interior de la muralla. El grupo entero lo siguió, pero se les complicaba el acceso porque no era un espacio amplio, a penas para dos personas.

Quedaron estáticos en el lugar, una nube negra de insectos volaba de un lado a otro posándose sobre bultos sin forma, el olor los impregnó y salieron rápidamente de aquel lugar, nunca olvidaría el paisaje digno de una cruda película de terror, los cuerpos desmembrados de los aldeanos y su sangre esparcida por el suelo las paredes y el techo. Distinguieron un escrito en medio de la sangré:

Tú Conmigo y Yo ContigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora