Dónde hubo muerte, siempre habrá muerte

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Ella lo sabía, sabía que pasaría, pero el verlo, el escucharlo la tenía en shock. Aún colgada su cuerpo dejo de luchar. Vegetta parecía ido, no podía creer la crueldad de Less, no podía soportar el sentirse terriblemente culpable, él había elegido ese camino y el contrario lo había aceptado. Otra vez la maldita culpa.

El cuerpo de Luzu fue el primero en caer, había dejado de luchar tan fuertemente y las cuerdas fueron aflojando su agarre hasta soltarlo cuando el mayor dejó caer su peso muerto. El resto lo imitó inconscientemente, no para escapar, sino porque todavía no caían en lo que Less acababa de hacer. El cuerpo de Rubius estaba en un charco de sangre, de su propia sangre, pero el Dios también seguía sangrando, aunque esté parecía no prestarle atención a ello.

-Rabis- murmuró Luzu arrodillado- Rabis ¿Quién... Quién probará mi nuevo lote de vinitos?- preguntó dejando caer sus lágrimas.

-¿A quién le plantaré cientos de árboles en frente de su casa, calvo?- Auron se acercó a Luzu cayendo a su lado.

-¿Con quién haremos ilegalidades?- Fargan intentó reprimir su llanto.

-¿Con quién volaremos la puerta de Vegetta?- preguntó Willy dejándose caer también. Esto no estaba bien... no era justo.

-¿A quién voy a confesarle mis pecados?- Lolito se acercó a Mangel- ¿Cómo... Cómo se lo diré a mi niña... qué no pude hacer nada por su mejor amigo?-.

-No es justo- murmuró Alexby- primero mi pana Mangel... y ahora Rubius- golpeó el suelo con sus puños completamente molesto- no es justo... ¡¡¡NO ES JUSTO, PUTO LESS!!! PUEDES SER UN PUTO DIOS, PERO ESO NO TE QUITA LO GILIPOLLAS QUE ERES-.

Less pasaba de sus berrinches, no tenía tiempo para soportarlos, ni siquiera se inmutó que se hubieran soltado de aquellas cuerdas. Se giró para ver a Freya y se regodeo al ver su expresión horrorizada ante su acto, camino hacia ella con cuidado, la sangre de Rubius manchan sus ropas, sus manos y algunas gotas llegaron hasta su cara, manchándola. Sujeto el mentón de la joven para que sus miradas chocaran la una con la otra, la sangre terminó en la cara de la joven también.

-Ahora mira- le susurró al oído- como tú vida se destruye y yo logro mi objetivo- dejó caer su cara, dirigiéndose hasta Vegetta quien no estaba ahí, su mirada estaba donde el ensangrentado cuerpo yacía- calma Aziel... mi dulce Aziel... pronto estaremos juntos...-.

-Mátame a mí- pidió Vegetta en un susurro interrumpiéndolo y mirándolo a los ojos- mátame pero déjalos ir... por favor, déjalos ir-.

Less apartó su mirada de él para dirigirla al agotado y lastimado grupo. Seguía sintiendo su sangre caer, pero insistía en no darle importancia. Después de todo él era un Dios.

-Por favor...-.

-¿Por qué? ¿Por qué?- se sentía agotado- ¿Por qué en esta vida también insistes en protegerlos?-.

-Los amo... ellos son... mi amigos, mi familia... por favor- no le importaba verse patético, no le importaba morir, sólo quería protegerlos, solo quería... protegerlo de todo.

-Dime que me amas- le ordenó sujetando su mentón con fuerza- DÍMELO- lo presionó un poco más- DIME QUE ME AMAS MAS QUE A NADIE, DÍMELO AZIEL-.

-No- susurró, el semblante de Less cambio... ya estaba tan cansado... el odio y el resentimiento pueden cansar tanto, más aún si uno lo conserva por tanto, tanto, tanto tiempo- no voy a decir una mentira, yo no te conozco, yo no soy Aziel- cruzo su morada mirada con la de Less- y es a Rubén Doblas a quien amo- afirmó seriamente.

Tú Conmigo y Yo ContigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora