Preparando un regalo

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Llegaron corriendo hasta la muralla de la zona baja de su casa, con flechas rozando sus cabezas.

-Mierda ¿Soy solo yo o están apareciendo más monstruos de lo normal?- preguntó Rubius agitado de forma entre cortada, tratando de normalizar su respiración.

Vegetta echo una mirada por encima de su muralla y efectivamente distinguió más seres de lo habitual en aquel sector. Claro que en su zona iluminada estaban a salvó, pero tampoco podían confiarse demasiado, Less seguía suelto en algún lugar, y eso no lo tranquilizaba en lo absoluto.
Subieron en silenció por uno de los ascensores ocultos que tenían y que sólo ellos dos conocían. Revisaron cada habitación hasta que pudieron relajarse un poco en la sala, luego de asegurar su hogar.

Rubius se acercó a su esposo que tenía media sonrisa, eso lo animó- veo que te sientes mejor Vegetitta- sonrió.

-Me alegra saber que Willy y Fargan ya están bien- dijo sonriendo.

-Ah... si... eso es bueno- murmuró- ¿quieres beber algo? puedo hacerte café- ofreció a un Vegetta un poco perdido en sus pensamientos- ¿Vege?-.

-Dime-.

-¿En qué piensas?- preguntó acercándose más a él, apoyando su espalda al pecho de él.

-Ah pues, si Luzu le habrá avisado de la desaparición de Kristina a Willy, eso me preocupa un poco- dijo con calma- además de si fueron a casa de Willy para buscar algo de ropa o cosas que vaya a necesitar-.

-¿Por qué no vas a verlo si tanto te preocupa?- preguntó Rubius tratando de no sonar molesto, algo que no salió muy bien.

-No es necesario, mañana nos juntaremos con ellos de todas formas- afirmó con calma. Lo escuchó bufar levemente- ¿ocurre algo?- preguntó.

-Nada- respondió con una media sonrisa forzada poniéndose de pie- estoy cansado- mintió, sintiendo como Vegetta sujetaba su mano con fuerza, pero sin dañarlo.

-Doblas, ven- pidió con calma palmeando su regazo, indicándole que se sentara en sus piernas.

Rubius dudo un momento, pero accedió al ver una pequeña súplica en sus ojos que lo debilitaron extrañamente. Una vez sentado sobre él, Vegetta lo jaló para que quedara recostado sobre su pecho.

-Gracias Doblis- susurró acariciando sus cabellos.

-¿Por qué?- preguntó confundido.

-Por estar aquí conmigo, por preocuparte por mí, por hacerme... feliz- respondió sintiendo como el rubio apretaba su camiseta fuertemente- ¿Quieres decirme que te sucede Rubén?- preguntó sintiéndolo un poco tenso- no voy a presionarte chiqui, dímelo cuando lo creas conveniente, estoy aquí para ti- agregó continuando con sus caricias.

-¿Aún me amas Vege?- preguntó en un susurro, ocultando su rostro sonrojado en el cuello del mayor.

Vegetta sintió el calor del rostro de Rubius justo sobre la piel descubierta de su cuello, su pregunta lo sorprendió en un inicio y luego se le hizo de lo más tierna, relacionando aquella pregunta con Willy y comprendiendo la reacción de molestia previa de su osito.

-Nunca deje ni dejaré de hacerlo Doblas- respondió buscando su boca para dejar un pequeño beso en ella que el menor recibió gustoso- quiero a Willy como quiero a los demás... pero a ti te amo chiqui- agregó sintiendo en su cuello como los labios de su osito se curvaban hacia arriba formando una sonrisa.

Rubius lo abrazó por el cuello con fuerza, como no queriendo separarse de él por nada del mundo. Así se quedaron un momento, en su propia burbuja de felicidad, dónde la culpa de no saber dónde se encontraban las doncellas o Less, no podía ingresar e irrumpir en su paz.

Tú Conmigo y Yo ContigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora