Capítulo veintitrés.

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Ser dura era mucho más difícil después de que alguien te ablanda, ahora era como colocarse una armadura contra cualquier sentimiento, una especie de repelente.

-El trabajo de esta semana será elaborado con sus parejas asignadas y se entregará a inicios del próximo año- La voz de David se hacía cada vez más pesada.

Rodé los ojos al recordar que Thomas era mi pareja y de que, de alguna u otra manera, el mismo no podría alejarse de mi vida.

-Deberán escribir el significado de una adicción a profundidad. No se mientan al escribir esto, por un momento pueden ser ustedes mismos sobre el papel-

Cuando David terminó de hablar las parejas comenzaron a encontrarse, muchos con sonrisas en el rostro, muchos otros amargados en su totalidad. Luego estaba yo, conteniendo la respiración mientras el aroma a cigarrillo poseía mis fosas nasales.

-Definitivamente eres como el fuego- pronunció lo que parecía para él mientras se sentaba a mi lado con una distancia razonable.

Giré mi rostro para no encontrarme con el de él.

-¿No piensas hablarme?-

Negué con la cabeza.

-No puedo creer lo infantil que llegas a ser-

Levanté los hombros para restarle importancia. Sentí como su mano se deslizaba suavemente por mi rostro e inmediatamente la retiré.

-No vuelvas a tocarme-

-Lo siento-

Sentí como su mirada seguía en mí y para relajar un poco el ambiente mis uñas comenzaron a jugar con la madera de la mesa.

Apartarte de la única persona que te queda en la vida era un hecho difícil, pero no hay nada más difícil que fingir que no está, y mucho menos que no lo amas.

Cuando iba al instituto mis compañeras solían decir que para conquistar se necesitaba una estrategia. Ellas se morían por salir corriendo tras los chicos bronceados y altos, pero nunca lo hacían, y eso era un gran desperdicio. Ellas mataban por abrazarse en sus labios, pero se mantenían al margen hidratando los de ellas. Soñaban con un saludo de su parte, pero no se atrevían a decir "hola". Planeaban todo un futuro con ellos, pero no comenzaban su presente. Yo las miraba de lejos preguntándome cómo dejan de vivir por ellos.

La vida está compuesta por momentos, unos esporádicos y otros que parecen eternos. Si pasamos toda la vida aferrados a un futuro, ¿Cómo podríamos saber que ya llegamos al momento?

Nunca fui como ellas. ¿Saben cómo se siente ser completamente diferente a los de tu alrededor? es extraño, siempre tratas de adaptarte y seguir sus estereotipos, pero es imposible. Y ahora agradezco ser tan libre, ser tan yo; llena de miedos, angustias, ilusiones y rencores. Pero en definitiva sigo siendo yo.

Eso me ayudó a comprender que el amor no tiene estrategia y que tampoco es obligado. Nunca pasa cuando queremos, sólo llega así; primero en silencio y muy lentamente, luego pasa tan de repente que te consume.

-¿Qué vamos a hacer?- Thomas me saca de mis pensamientos.

-Contigo no pienso hacer nada- me reí amargamente.

-Para tu mal o para el mío nos tocó estar juntos-

Rodé los ojos.

-¿Qué es una adicción, Cath?-

-No lo sé- seguía sin mirarlo.

-Claro que lo sabes- sentí como sus fosas nasales se llenaban rápidamente.

Adicción || EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora