Tras la repentina muerte de su esposa el millonario empresario Trevor Argall se encierra en un mundo de total soledad, aislado en una vida totalmente diferente a la que llevaba, convirtiéndolo en un hombre arrogante y desinteresado por las cosas del...
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Juego nerviosa con mis dedos.
Me encuentro justo ahora en la sala de la casa esperando el momento exacto en el que los padres de Trevor atraviesen esa puerta.
- Aquí tienes - mi madre me extiende una taza de té-. Ya Trevor te ha dicho que no hay porque preocuparse respecto al tema de Renzo, el fiscal se encargará de todo.
- Lo sé, es solo que no he dejado de pensar en las amenazas de esa mujer - suspiro.
Un tiempo atrás no hubiera importado aquella noticia,porque estaba acostumbrada a la misma respuesta de siempre,pero esta vez las cosas eran distintas, debía pensar no solamente en mi seguridad y la de Trevor, también la de nuestro bebé.
- Es solo la furia hablando por ella -dice mi madre para calmarme.
Un par de minutos después de aquello escucho voces en la entrada de la casa, Trevor atraviesa la puerta en compañía de dos personas más.
Una mujer de cabello rubio platinado con ligeras canas a la vista y un hombre alto de cabellos blancos con un bigote adornando su rostro.
- Alena, quiero presentarte a dos personas importantes en mi vida - Trevor me toma de las manos y me hace ir hasta ellos-. Ellos son la doctora Miranda Argall y el doctor Frederick Argall. Mis padres.
Extiendo una de mis manos como saludo.
- Es un gusto conocerles señor y señora Argall, soy Alena Bowen.
- Alena, cuando Trevor nos dio la noticia tuvimos que venir para darnos cuenta por nosotros mismos que no se trataba de una de sus mentiras - responde su madre-. Bienvenida a nuestra familia - sonríe a la vez en que extiende sus brazos para proporcionarme un abrazo.
Acto seguido nos separamos la una de la otra.
- Bienvenida a la familia Alena - dice su padre-. Nos alegra que hagas feliz los días de Trevor.
- Bien, hemos organizado una cena familiar para conocernos más antes de la boda. Les habrá parecido una locura que los llame tres días antes de la celebración,pero que se le va a hacer - se encoje de hombros Trevor antes de indicarles el camino hacia el enorme comedor.
- Ya nos hemos acostumbrado a sorpresas de tu parte, siempre sales con algo que no esperamos - se queja su padre-. Pero esta vez nos hace feliz ser parte de esa sorpresa.
- Les dije que les iba a gustar.
Avanzamos hasta la mesa del comedor, compartimos en familia,nos damos el tiempo de conocernos uno con el otro y finalmente terminamos la tarde con un juego de mesa que ha ganado el padre de Trevor.
Los padres de Trevor se quedarían al igual que mi madre tres días antes de la boda. Y eso implicaba organizarnos para dormir.Ellos aceptaron quedarse en la antigua habitación que usaba y mi madre decidió quedarse en la habitación conjunta con el jardín.
