Estaba demasiado enojada y furiosa en ese momento que termine explotando con toda la ira y rabia que llevaba acumulada por mucho tiempo.
- ¡¿Porque las cosas siempre tienen que ser así?! ¿Por qué eh? ¿Por qué siempre hay algo malo en mi vida?
¿Porque? Había tantos porqués...
- Alena – Trevor se acerca hasta mí-. Hay momentos malos en nuestras vidas también, siempre tenemos pruebas.
- ¡Pues no quiero ninguna otra maldita prueba! – limpio mis mejillas como puedo-. No quiero más pruebas en mi vida, ¿Qué he hecho mal? Dime una sola razón.
- Estas muy alterada, hay una solución para todo esto. Vamos a tomar esa opción y confiaremos el uno con el otro.
- No es del todo segura. No puedo aferrarme a algo e ilusionarme.
No estaba tomando aquello con la mejor calma del mundo, de hecho estaba demasiado asustada como para pensar y saber lo que mi boca estaba por decir.
- Sacrificaría mi propia vida por este bebé, quiero que nazca.
- Y has vuelto a lo mismo – resopla furioso-. No quieres ver más opciones desde que te han mencionado el estúpido papel de la clínica, te has aferrado a eso sin escucharme.
- Te he escuchado.
- No, no lo has hecho – me refuta serio-. Has tomado la decisión por ti sola sin tenerme en cuenta. ¿Qué te sucede?
- ¿Renunciarías a la bebé?
- No he dicho eso, he dicho que tu forma orgullosa de ver las cosas no te deja pensar que existe una solución para esto, aun cuando esta es demasiado pequeña, ¡la hay!
Trevor abandona la casa dejándome sola parada en medio de la sala, sé que es un pésimo momento para los dos, porque ha pasado lo impensado, porque le he dado donde más le duele, porque aun no queriendo herirlo lo he terminado haciendo, le he dado a que escoja entre las dos.
- Mamá lo arreglará princesa, lo arreglare – rodeo mi vientre con mis manos y avanzo hasta la habitación.
Mis miedos y mis peores pesadillas volvían a surgir, y cuando esto sucedía no había mejor terapia que la que mejor se me daba.
Escribir.
Escribir me quitaba el peso sobre mis hombros, me hacía liviana, me dejaba abandonar la tierra y llevarme a otro mundo. Pero ahora no había otro mundo, no lo había. Trevor estaba furioso por mis decisiones, y distanciarnos nos llevaría a cerrarnos el uno con el otro, era como regresar al inicio de todo.
Permanezco entre las sabanas intentando dormirme, me remuevo de un lado a otro, fijo mi vista en el reloj y luego en la ventana.
¿Cuánto tiempo permanecerá afuera?
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Bajo tu Piel
RomanceTras la repentina muerte de su esposa el millonario empresario Trevor Argall se encierra en un mundo de total soledad, aislado en una vida totalmente diferente a la que llevaba, convirtiéndolo en un hombre arrogante y desinteresado por las cosas del...