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1 mes después.
—Vamos a salir...
Esas habían sido las palabras dichas por HongJoong irrumpiendo en la sala de estar de su suite, sin siquiera tocar la puerta como si esa fuera su propia casa. Sin preámbulos, ni explicaciones o contexto. Sólo se hizo pasar por servicio a la habitación para despistar a los nuevos inquilinos de las otras dos suites contiguas, mientras otra vez vestía esa impecable bata blanca y arrastraba el horrible carrito con bandejas, que con el paso de los días se tornaba más ruidoso.
Si MinGi había creído que HongJoong sería sensato y no volvería a regresar de improvisto a su suite, pues estuvo equivocado. La situación se siguió repitiendo todo ese mes, cada dos o tres noches, cada semana. Las visitas duraban largas horas en donde comían juntos, hablaban y compartían besos toda la velada, aunque los besos no trascendían más allá de eso.
Kim casi había sido reportado con el gerente dos veces por culpa de esas visitas, pero el mero capricho de pasar el rato juntos hizo que el ojigris ignorara las advertencias y que MinGi, silenciosamente, lo agradeciera porque esas visitas eran la razón por la cual cada día se sintió con más motivación para enmendar las piezas rotas de su vida.
Claro que aún le preocupaba que fueran descubiertos por algún empleado del hotel y HongJoong perdiera su trabajo.
—Salimos anteayer a esa galería que querías conocer, no creí que... —el peliazul lo tomó de la mano y se inclinó para darle un corto pico en sus labios como saludo, y chantaje.
—Mientras trabajaba se me ocurrió una idea... así que fui a casa y vine corriendo para acá —robó otro pico, para luego tirar de la mano de MinGi para que se levantara del sofá—. Vamos a salir, me has llevado a un montón de lugares este mes y es mi turno de invitarte a ti a salir.
—¿No te gustaron esos lugares?
—¡No fue lo que dije!
HongJoong dejó salir un quejido malhumorado por la facilidad en que sus palabras fueron malinterpretadas. El último mes había sido maravilloso en todas las formas que lo hacían caer un poco más y más por él. MinGi era, por supuesto, un hombre apuesto, pero su inteligencia y pensamientos profundos lo volvían mucho más atractivo. Si había algo más que resaltar en su lista de virtudes eran las citas que tuvieron y que cada una se volvió mejor que la anterior de alguna manera.
El parque, restaurantes, un zoológico, cines, la galería de arte o simplemente ellos hablando en la comodidad de la cama mientras ignoraban la película en la televisión que se suponía que debían ver. HongJoong apreciaba cada detalle: las discusiones sin sentido sobre tonterías, las conversaciones triviales hasta la madrugada y que el castaño de mechas se esforzara por hacerlo cada vez mejor.
Aunque... fue... como si MinGi temiera ser abandonado si no cumplía sus expectativas.
Y lo entendió... era por ella, por su excompromiso. Esta noche HongJoong estaba feliz de tomar su mano para mostrarle que no tenía que llenar expectativas absurdas. Eran jóvenes, MinGi necesitaba un cambio en su rutina, salir de su zona de confort y sólo divertirse juntos olvidando el mundo a su alrededor.
—¿Entonces...? —insistió, rehusándose a levantarse del sofá con su libro en su mano mientras el peliazul le otorgaba los ojos de ciervo más convincentes.
—Te hace falta un poco de diversión.
—Me divierto contigo.
—Quiero mostrarte otra clase de diversión, una en donde puedes relajarte y olvidarte de todo un rato, ¿qué dices? —le arrebató el libro de las manos al más joven y lo tiró hacia el sofá del frente.
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STRIP » MinJoong
Fanfic❝Desnúdate, dime lo que sientes, te haré llegar al cielo con un beso y mis manos sobre tu cuerpo...❞ A un día de su inminente boda, su amigo Jeong YunHo cree conveniente llevar a cabo la tan ansiada despedida de soltero, así que arrastra a MinGi a u...