STRIP » MinJoong

Capítulo 20: ¿Amigos, no?

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—¿Qué haces aquí, YunHo hyung?

El rubio cerró los ojos por unos segundos tratando de respirar hondo y calmarse antes de que alguna emoción lo delatara. No estaba en su mejor estado de ánimo luego de pasar todo el día trabajando como pasante en la compañía del amigo de su madre. Tampoco ayudaba que su tonto corazón ilusionado palpitara rápido en su pecho y todo en lo que su mente pensara era en saltar a los brazos ajenos e irse a casa juntos. Choi suspiró enojado consigo mismo, ya debería haber superado su crush por Jeong YunHo. Tenía que controlarse y apegarse a su plan de mantener una distancia. Pero, YunHo hacía que apartarse fuera jodidamente difícil.

Llevaba meses luchando por superar su tonto enamoramiento por él y cada vez que creía que podía dar un paso atrás y, finalmente, marcar un margen, la extraña relación entre ambos se volvía más... extraña. Lo que una vez fue una complicidad, se había transformado en una tensión que nadie que estuviera cerca de ellos podía ignorar. Los besos en las mejillas estuvieron bien, las peleas, los abrazos, los coqueteos vagos... nada nunca había sido demasiado obvio ni lo suficientemente discreto. Existía una fina línea que mantenía las sospechas de algo entre ellos como inverosímiles. Pero, ya ni siquiera era posible disimular, cualquiera que estuviera con ellos diez minutos podía notar una rara «necesidad» y «querer» que constantemente los hacía sentir atraídos hacia el otro en todos los sentidos que exponían sus sentimientos.

Eso le estaba carcomiendo la cabeza.

Sabía que era el momento de cortar lazos con YunHo por completo, WooYoung no se cansaba nunca de recordárselo al sentir la tensión entre ellos tan fuerte que temía que terminara en un terrible incidente. Todo estaba tan jodido que ya ni siquiera podía estar alrededor de la novia de YunHo, MinSeo. La mujer era muy atenta y era más que evidente que comenzaba a sospechar de que algo sucedía, pero, a su vez la culpa y el remordimiento le impedían verla al rostro sin sentirse tan mal que todos se daban cuenta de que algo pasaba.

De sólo pensarlo JongHo quería gritar, encerrarse en su habitación y ocultarse como el cobarde egoísta que era porque no reunía la fuerza de voluntad para alejarse de él. Y como si no fuera suficiente, tampoco tenía el coraje de enfrentar a YunHo de una vez por todas para que le dijera la verdad: que no era gay, que tenía novia, que lo había malentendido todo y toda esa palabrería estúpida de “no eres tú, soy yo”. Dios, incluso al saber que esa sería la reacción de su hyung al final no marchitó su inoportuno enamoramiento por él. Su corazón por supuesto que dolía, pero las esperanzas eran lo último que se perdía.

Y al parecer era lo bastante patético como para creer que... quizás... después de todo... muy en el fondo, Jeong YunHo se sentía de la misma manera.

—¿Cómo que “qué hago aquí”? Vengo casi todos los días. ¿O acaso creías que hoy no vendría? Tenemos una cita hoy. ¿Te olvidas que te dije que quería ir a un restaurante de comida francesa? —Jeong lo atrapó entre sus brazos y JongHo no refutó, anhelando un poco de ese cariño que no le correspondía obtener—. No vas a regresar a casa con el estómago vacío, así que sólo vamos y ya, tonto —le pidió en un dulce susurro en su oído.

—Siempre salgo a cenar contigo así que difícilmente puedo saltarme la cena —el rubio rompió el abrazo y tan pronto dio un vistazo al rostro de YunHo su corazón se agitó por la atractiva sonrisa que le dedicaba.

—Estoy seguro que te saltarías la cena si pudieras. Deberías agradecerme, no todos los hyungs están tan pendientes de sus menores.

—Dices puras idioteces... —se rió, aflojando su corbata—. No te preocupas por mí, sólo te aprovechas y me arrastras contigo a cada restaurante para no ir solo.