STRIP » MinJoong

Capítulo 8: Tú y Yo.

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El martes por fin había llegado y su corazón no podía soportarlo porque latía desbocado en su pecho como si esta fuera su primera cita. Nada era diferente. Era el mismo restaurante chino que siempre visitaba, el mismo mesero y las mismas calles. Pero, se sentía tan ¿especial?

HongJoong recordaba a sus padres decirle hace muchos años que no se trataba del lugar, sino de la persona con quien compartía ese momento. Y, él siempre lo supo: sus exnovios no eran para nada extraordinarios, ni los lugares a dónde lo llevaban. Sus noviazgos no le habían dejado recuerdos de momentos inigualables, aun cuando había probado de todo en esas relaciones. Tal vez... un par con esas mariposas en su estómago y esa adrenalina corriendo por sus venas, pero nada demasiado especial; todo bastante casual. Al menos, sus amantes eran atractivos y muy apasionados en la intimidad.

En ocasiones, se cuestionó si podría encontrar a alguien que lo hiciera sentir algo más. HongJoong quería probar de esa sensación “especial” de la que muchos hablaban. Vaya sorpresa que esa persona estuviera sentada frente a él.

Nadie lo igualaba...

HongJoong miró su mano a centímetros de la de MinGi y las hubiera entrelazado si tan sólo no lo estuvieran mirando de esa dulce forma que lo distraía. Se había esforzado por ponerse su mejor atuendo: una camisa de rayas con una chaqueta de cuero, jeans, anillos en sus dedos y aretes en su oreja. No obstante, no creyó que robaría la atención de MinGi de tal manera que sus ojos no se apartarían de su rostro y nada más que su rostro. Si se sonrojara con facilidad, su cara estaría igual de roja que una fresa.

—¿Tengo algo en el rostro? —preguntó con una sonrisa burlona mientras tamborileaba sus dedos encima de la mesa—. ¿O te gusta mucho lo que ves, MinGi? —lo molestó.

—No... es... no es... —desvió la mirada avergonzado—. No te había visto antes sin tu uniforme y-

—¿Dices que me veo mal? —Kim refutó.

—¡No, no! ¡No digo eso! Quería dec-

—Cálmate, sólo te quería molestar.

—Hyung... —suspiró abatido, casi le había dado un infarto—. Bueno, lo que queria decirte es que... realmente luces muy bien con todo. Pero hoy hay algo más... te ves feliz y eso te hace lucir tan... hyung eres jodidamente hermoso —carraspeó avergonzado.

«Siempre tan sincero» casi se sonrojó.

—Wow... tú... eh, gracias, guapo.

—Sólo digo la verdad.

—Guarda silencio o te besaré.

MinGi cerró su boca ante tal advertencia, ¿premio o castigo? Eran ambas en partes iguales y no tenía la menor duda de que HongJoong cumpliría su palabra si lo provocaba. El mesero trajo sus órdenes justo en ese momento y el ojigris sonrió mirando su comida, para luego dar un vistazo hacia la calle con nostalgia.

El sentimiento agridulce le causó curiosidad al de mechas rubias... ¿A quién engañaba? Todo en ese chico le daba curiosidad, de esa intriga que te dejaba maravillado y sediento por conocer más y más.

—¿Todo bien, HongJoong?

—Yo... sí, sólo acabo de recordar que en la universidad solía sentarme con mis amigos en un restaurante y bebíamos juntos hasta que no podíamos parar de reír y decir tonterías —contó, mirando por la ventana a las personas transitando por el boulevard.

—Suena agradable. ¿Dónde estudiabas?

—En la Universidad Hongik, departamento de Bellas Artes.

—Artes, ¿eh? Nunca lo pensé antes pero debí suponerlo, es muy... tú.