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Primera noche como esposos, se suponía que esa noche se consumara el matrimonio y el alfa marcaría al Omega, pero eso no era para nada lo que iba a pasar, eso lo tenía decidido JungKook; aunque SeokJin no estaba informado de ello.

El Omega se encontraba sentado en el borde de la cama, se aferraba con fuerza a su peluche de alpaca y se estremecía de miedo por lo que le deparaba esa noche.

Todo el día se la habían pasado en aquella casa, sin salir, sin hablar porque el dragón estaba bastante nervioso como para empezar una conversación y la alpaca demasiado asustado como para abrir la boca, se había limitado a asentir en todo momento a cualquier cosa que su esposo decía. A la hora de la comida una mujer beta ya de edad avanzada fue a preparar y servir toda la comida que el Alfa pidió y quiso también complacer al Omega preparando algo que el quisiera, pero este se negaba a decir muchas palabras; aunque se sorprendió cuando vió que casi toda la comida eran platillos que a él le gustaban.

— Bien.— JungKook entro a la habitación vistiendo una playera gris con unas bermudas de color negro— es hora de dormir— se acercó a un lado de la cama, tratando de mantener su distancia con SeokJin.

— ¿Dormir?— Jin sintió como si le quitarán un peso de encima y su estómago por fin se relajo.

— Si.— el dragón asintió y se acomodó en su lado de la cama, intentando disimular su nerviosismo al sentir la mirada de la alpaca.

A SeokJin le habían surgido varias dudas desde que le informaron sobre su matrimonio con el dragón así que investigo un poco, pero unas cosas no le quedaban claras, ejemplo era el cómo dormirían con esas enormes alas, debía ser bastante incómodo y llegó a pensar que los dragones se convertían por completo en humanos a la hora de dormir.

Los cambia formas que sólo eran los Alfas y Omegas tenían tres aspectos: el animal, el híbrido y el humano, por lo general se quedaban en su forma de híbridos que muestra su versión humana con algunos detalles del animal, esto lo hacían para distinguirse de los humanos o betas, ellos no tenían un lado animal y por eso es que se tenía que marcar una diferencia entre ellos y los demás. También estaban los animales puros, estos no tenían rango de Omega o alfa, tampoco se transforman en humanos, eran sencillos animales que vivían en libertad y no tenían porque adaptarse al resto.

Siguió observando al dragón a espera que su aspecto cambiará al de un humano por completo, pero esto no paso, el Alfa simplemente se acomodó en la cama y sus alas parecía acunar a JungKook. Seguía siendo atemorizante para la alpaca por lo cual se acostó con sigilo al otro lado de la cama, con cuidado de no tocar a su esposo y en cuanto lo obtuvo se hizo un ovillo y cerró los ojos para intentar dormir, sin percatarse que su cuerpo temblaba del miedo y que el dragón lograba sentirlo, haciendo que su corazón doliera al saber que el Omega le temía.

— Dormiré en la sala.— anunció y se levantó de la cama para después salir de la habitación. Él no quería que así fueran las cosas, él quería cortejar a SeokJin y enamorarlo, que se casaran por su propia voluntad y estar juntos por siempre amándose; pero no, tenía un matrimonio arreglado, no lo pudo cortejar como debía, Jin le tenía miedo y obviamente no lo amaba.

Él había imaginado que su boda sería especial, todo sería romántico e inolvidable, su noche a lado de su querido esposo y por fin marcarlo.

Odiaba que su madre y hermana se hubieran entrometido en el asunto, sabía que no lo habían hecho con mala intención, sólo lo querían ayudar. Ellas querían que él por fin se atreviera a acercarse al príncipe Jin, se casará y tuvieran cachorros, pero sólo habían estropeado el grandioso plan que el tenía haciendo desde ya hace años, ahora tenía que planear otro para solucionar el desastre.

— Ten.— esa dulce voz llamó su atención y lo hizo salir de sus pensamientos, frente a él se encontraba el hermoso príncipe alpaca.

— ¿Eh?

— Hace frío...— notó que en sus manos llevaba una manta y una almohada, las cuales recibió y el Omega salió corriendo.

SeokJin aunque estuviera muriendo de miedo no podía dejar de ser amable con las personas y además el dragón no le había hecho nada malo hasta momento, bueno, además de haberlo jalado cuando aquel otro alfa se había presentado.

— Es tan lindo~— JungKook susurró con una sonrisa boba dibujada en su rostro, aquella acción le había dado esperanzas de que aún había una oportunidad para cortejar a SeokJin, aunque tuviera que hacer todo en desorden: matrimonio, cortejo, otra boda pero que si sea significativa, cachorros y una vida juntos llena de amor.

Mientras en la habitación SeokJin estaba hecho bolita en la cama, escondido bajo las cobijas.

— No te va a comer, no te va a comer— susurraba repitiendo la misma oración para darse seguridad. Era su primera noche lejos de su familia, pero ahora estaba casado con un dragón, estaba en su territorio donde estaba en mucho más peligro porque era un territorio dominado por carnívoros y él sólo era un alpaca muy, muy asustada — tú puedes con esto, SeokJin— se daba ánimos.

El Dragon Enamorado |KookJin| ᵀᵉʳᵐⁱⁿᵃᵈᵃDonde viven las historias. Descúbrelo ahora