|30| El amor es egoísmo

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Advertencia: capítulo largo, así que léanlo con calma.

Sasuke

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Sasuke
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Intenté por todos los medio controlar las ansias de estamparle mi mochila en la cara a Madara. Mi justificación: mi tolerancia que en un principio fue pasible, ahora se encontrara al borde del abismo. El que dijo que solamente permanecería una noche en casa terminó por usurpar la sala varios días.

Cuando estacioné el automóvil frente al salón de baile, seguí refunfuñando en mi mente la presencia de Madara en el asiento del copiloto. Suficiente tenía a verlo en casa por las noches —inevitablemente seguía usurpando la sala— para soportar esa sonrisa suya. Mi tolerancia oscilaba en resignación, sólo eso.

Admití que fui influenciado por mamá, que reprochó mis fruncimientos y malos gestos. No quería discutir con ella, así que solamente tuve que lidiar con Madara. Por otro lado lo pensé mejor, nos convenía tenerlo cerca para averiguar el paradero de padre. Así que dejé mirarlo con mala cara... por el momento. Sé ser agradecido, pero esto estaba en los límites de lo que podía soportar.

Una recóndita parte de mi mente esperaba que pasada esa noche él desapareciera y todo volviera a ser cómo antes: embargando de más dudas y buscando pistas por mi cuenta de las incógnitas que rodeaban mi vida y la de Sakura. Sin embargo, nada resultó ser así y todo a mí alrededor parecía ir en calma, una sádica y retorcida sensación establecida en lo profundo de mis entrañas, la: «calma entes de la inminente tormenta».

Sin verlo, presentí que en cualquier momento algo imaginario saltará frente a mí y estropeara todo, a pesar de que no creía en presentimientos y cosas por el estilo, tuve esa sensación.

Y comenzó justamente hoy: al terminar de trabajar y Madara apareció en el estacionamiento alegando que por fin había contactado a Ryu y arregló una reunión dentro de una hora —pase a sus propias negativas al principio, terminó accediendo—. Una oportunidad de negociar.

Por millonésima vez maldije mi propia suerte y la secuencia de circunstancias que parecían jugar en contra mía. Lo pensé ¿reunirme con Ryu o estar con Sakura? Lo primero me beneficiaría sin duda alguna, entre más rápido consiga protección para Sakura mejor, sin embargo, aquello significaría sacrificar mi apoyo en ella en este asunto circunstancial en su vida.

Recordé cuando me lo dijo días atrás sentados en las bancas del parque dónde nos conocimos. Admitió estar nerviosa de tomar la clase muestra, no tenía idea de qué esperar o ser lo suficiente buena para lograrlo. Yo le convencí de que lo haría bien y le prometí que la acompañaría y observaría dar su mejor esfuerzo. Su sonrisa ante mi fe en ella me convenció de su determinación a lograrlo.

Pero de nada serviría su determinación, esfuerzo o sus sueños si la alejaban de ellos. Apreté las manos con fuerza. La decisión ya está tomada, sé lo que debo de hacer.

El Sonido del Silencio [SasuSaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora