*COMPLETA*
(+21⚠️❗️)
Julia Herbst y Nikolay Ivanov
Anhelo volver a ver esos ojos azules como el mar y con toques verdosos como las esmeraldas que la primera vez que los vi me hizo preguntarme si estaba en el mismísimo cielo o era alucinaciones...
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Julia
Llevamos 4 días en Maui, Hawái, hoy salimos a disfrutar del sol en la playa, Connor está en el mar tratando de Surfear, con las cuidadoras vigilantes ante cualquier cosa. El altercado en Italia me tenía un poco nerviosa.
-Deja que son mías-le doy un manoteó a Nikolay en sus manos cuando intenta comer mis cerezas.
-¿Acaso no te enseñaron a compartir?-pregunta burlón mientras recuesta mi espalda sobre su pecho.
-¿Y a ti a no ser pervertido?-digo cuando siento sus manos meterse en la tela de mi biquini que cubre mis pechos.
-Solo estaba acomodando, no ves que son tan grandes que se te salen del sostén -bufa apartando sus manos para dejarlas reposando en mi vientre.
-¡¿Me estás diciendo que tengo tetas demasiado grandes?!-me enojo.
-Si y eso me encanta-dice embobado viéndomelas.
Me suelto de su agarre para levantarme de la bucama, mis ojos chispean candela para luego ponerse llorosos.
-Entonces lo único que te encanta de mi es mi cuerpo-replicó, sin pensarlo mis labios forman un puchero.
-Preciosa, me encanta tod...
No lo dejo terminar.
-¡Jodete tu y tú preciosa, imbecil!.
Le saco el dedo corazón para irme totalmente indignada a meterme en el mar, pero me regreso nuevamente hacia donde estaba el.
-Sabia que venías arrepentida a pedir perd....
No lo dejo terminar nuevamente en cambio le lanzo mis gafas de sol.
-¡Cuídamelas y trágate todas las cerezas, ya no las quiero!
Vuelvo a retomar mi camino hacia el mar siento su mirar en mi trasero.
-¡Que trasero para más grande y redondo preciosa!-grita en mi dirección.
-¡Y me lo follo de lo mejor!-vuelve a gritar.
Las personas que están al rededor me miran consternados. ¡Maldito sin vergüenza!.
Sin esperar más me sumerjo en el agua, para luego salir a la superficie a tomar un poco de aire para mis pulmones, apartando el cabello que cubre mi rostro, nado durante unos minutos, relajándome.
La culpa no fue mía, él se metió con lo intocable. Y le tocó pagar con su vida.
Mis emociones son un desastre, relajo mis músculos, disfrutando de la sensación, alejo todo pensamiento hasta quedar en blanco, nado de espalda en el extenso mar, el idiota tenía razón mi cuerpo voluptuoso acaparaba siempre la atención, mientras nadaba de espalda sentía las miradas lujuriosas de algunos hombres y mujeres, ciertas miradas de reprobación de algunas mujeres que estaban reunidas en el otro extremo, ignoro todo para seguir nadando.
