THE VOW AND ITS CONSEQUENCES

Capítulo 22: Reconvening the Order

Minerva siseó la contraseña para entrar en el despacho de los directores, subiendo la escalera de piedra, permaneciendo en la parte inferior mientras se movía. Todavía estaba tambaleándose con toda la información que había aprendido estos últimos días, Severus ayudando a Harry, y todo lo que le habían dicho después. Merlín todo lo que sabía había cambiado tan drásticamente, en tan poco tiempo también que no era de extrañar que tuviera una migraña tratando de poner todo de alguna manera ordenada. También quería conocer a Harry, pero la culpa la detenía en su camino. Debería haber indagado más, haber presionado más para hacer entrar en razón a Dumbledore. O, mejor aún, haber ido a verlos, si lo hubiera hecho, Harry no habría sido maltratado durante años. La idea de que Harry fuera lastimado por esa mujer o por su obeso esposo la hizo lagrimear. No había excusa para su negligencia y se sentía tan mal por su inactividad. Ninguna cantidad de regalos o de disculpas podría eliminar la responsabilidad que sentía en la trágica vida de su ahijado. Sacudir sus pensamientos ahora no era el momento ni el lugar para ellos. Albus no podía saber su parte en esto, ni dónde estaba Harry.

Abriendo la puerta sin sorprenderse de ver a todos los miembros de la Orden ya presentes. No sabían por qué se reunían, sobre todo si sus miradas confusas eran algo que ella sabía muy bien. Se dirigió a su asiento, mirando impasible a su alrededor, como siempre. Minerva rara vez sonreía, todos los presentes podían dar fe de ello, así que sus acciones no eran sospechosas.

-¿Por qué nos reunimos después de todo este tiempo?-, preguntó Moody frunciendo el ceño, con una voz fuerte y ladradora. La Orden se había disuelto hacía años; le había sorprendido mucho recibir la misiva en medio de sus rondas. Así que aquí estaba, más por curiosidad que por otra cosa.

-A mí también me gustaría saberlo-, dijo Dedalus Diggle tan confundido como Moody.

-Harry Potter ha desaparecido- dijo Albus claramente perplejo, lo tenía todo planeado y esto no formaba parte de ello. A Albus Dumbledore no le gustaba que las cosas no salieran como él quería, como maestro ajedrecista, le gustaba creerse omnipotente.

Todos palidecieron; la idea de que algo le sucediera a Harry Potter les resultaba intolerable. Después de todo, él había acabado con la guerra, era un héroe y todos lo veneraban. También se sentían extremadamente protectores con él. Eso no les había impedido celebrar la noche en que Lord Voldemort fue destruido. Hubo muchas celebraciones; incluso los muggles ignorantes se dieron cuenta de la conmoción. Sin embargo, como siempre, no habían descubierto el motivo, y si lo hubieran hecho, no lo sabrían por mucho tiempo. Había que proteger la magia a toda costa.

-¿Qué ha pasado? Creía que el chico estaba protegido- exigió Moody claramente enfadado por este giro de los acontecimientos. No pensó ni por un segundo que la información que tenía era errónea. Lo habían mantenido alejado del mundo mágico por su propia protección esto no debía pasar.

-¿Cómo sabes que ha desaparecido? Puede que esté con amigos-, preguntó Emmeline Vance.

Minerva se volvió para mirar a Dumbledore, preguntándose qué diría, notó que la sien de Dumbledore se movía con evidente irritación al ser interrogado. ¿Por qué nunca había notado esto en él? No sólo estaba desolada por el maltrato a Harry, sino por el hecho de que había adorado el terreno que pisaba Dumbledore sólo para ser traicionado.

-He estado haciendo un trabajo extra para Albus-, admitió Elphias Doge en defensa de Dumbledore, habían sido amigos en Hogwarts, cuando los otros estudiantes no se habían acercado a él por su Viruela del Dragón, no había sido contagioso pero no les importaba. Albus en cambio había sido el que lo hizo sentir bienvenido, incluso desde entonces siempre habían sido mejores amigos. -Yo vigilaba a los Dursley y a Harry, haciéndoles sombra cuando pasaban por los pabellones. En los últimos días me he dado cuenta de que no he visto a Harry-.