-No pienso volver a utilizar los medios de transporte muggles-, declaró Lucius, con los ojos brillantes de determinación y todavía con la cara verde. Este había sido el día más largo de su vida y no lo repetiría. -Vamos a volver con un Traslador, aunque tenga que ir al Ministerio de Albania-. El viaje en avión había empezado bastante bien, pero el dolor de oídos y la sensación de malestar no debían tolerarse.
-No estuvo tan mal-, admitió Sirius, encogiéndose de hombros, sin ver por qué Lucius lo detestaba tanto.
-Siento discrepar-, se estremeció Remus, él también preferiría volver por medios mágicos.
-No es raro que la gente se sienta mal durante los viajes en avión, algunos incluso se marean en el coche-, explicó Minerva, mientras esperaban impacientes su taxi. Acababan de pasar la última hora esperando en el transportador por su equipaje, e inmediatamente decidieron que habían sido unos idiotas al hacer esto de forma totalmente muggle. Podrían haber estado ya de camino al hotel, pero no, en lugar de encoger su equipaje habían dejado que se hiciera a la manera muggle.
-Agradece que no hayas volado en clase económica, te habrías sentido bastante asfixiado-, dijo Severus con una sonrisa, algo muy raro en su rostro. Imaginar la reacción de Lucius al estar en un espacio cerrado con muggles era, como mínimo, divertido. Más aún si Lucius se había visto obligado a sentarse junto a un muggle, habían sido números desiguales.
Lucius se limitó a mirar sombríamente a su amigo, frunciendo el ceño de forma petulante ante la divertida mirada que adornaba sus rasgos. Sabía que fuera lo que fuera, no quería experimentarlo. Severus era una mierda bastante vengativa cuando quería hacerlo, pero de nuevo, él también lo era. Quizás por eso se llevaban tan bien.
-Creo que ese es nuestro taxi-, señaló Minerva, los muggles no parecieron darse cuenta de ello, ni del hecho de que había ido más rápido de lo que ellos dirían que era "humanamente posible", por así decirlo. Era una versión más pequeña del autobús nocturno, y Lucius se apresuró a acercarse como todos los demás. Asegurándose de que los niños estuvieran entre ellos, para que no se perdieran. Todo se metió rápidamente en el taxi.
Lucius les habló, informándoles en su propio idioma a qué hotel debían ir. Ser bilingüe era muy útil, sobre todo en ocasiones como ésta.
El conductor accedió rápidamente, esperó a que estuvieran todos situados antes de arrancar, tanto Draco como Harry estaban alegres por el rapidísimo viaje.
-¿Cuánto tiempo va a durar esto?- Preguntó Sirius, era su turno de sentirse mal por el paseo.
-Entre quince y veinte minutos-, respondió Lucius, una sonrisa irónica adornaba sus facciones, le servía para divertirse durante horas en aquel horrible viaje en avión. Quién iba a pensar que Sirius Black estaría bien durante el viaje muggle pero enfermo con un viaje mágico que había crecido usando.
-¡Esto es muy divertido!- dijo Harry, alegremente, radiante ante Severus, su padre como si colgara la luna y las estrellas. -¡Nunca he estado en ningún sitio!- siempre se quedaba atrás cuando los Dursley se iban de vacaciones, y medio esperaba que Severus hiciera lo mismo. Bueno, le habían permitido ir con los Dursley a regañadientes cuando, pero eso era diferente, no era en el extranjero.
Los ojos de Severus se ablandaron, convirtiéndose en un montón de papilla para su hijo, al que adoraba. -Me alegro de que te diviertas-, le dijo al joven, pasándole la mano por el pelo distraídamente. Estaba muy agradecido de haber ido a casa ese día, detestaba el lugar, así que haberse topado con Harry era... un milagro en realidad. No había sido difícil conseguir un pasaporte para Harry, que funcionaba como mundano y mágico.
Harry se limitó a sonreír de nuevo antes de volver a dirigirse a Draco, que como siempre acaparaba la atención de Harry.
Ninguno de los dos niños era consciente del motivo por el que habían venido a Albania, y nunca lo harían si alguno de los adultos opinaba. Para ellos, se trataba de unas vacaciones, quizás cortas, pero vacaciones al fin y al cabo. ¿Para los adultos? Era casi todo estrictamente de negocios, estaban aquí para acabar con la amenaza que era Voldemort de una vez por todas. Antes de que pudiera volver y causar más estragos en sus vidas.
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THE VOW AND ITS CONSEQUENCES
FanfictionDudley Dursley exige ir a la feria, que resulta ser en Cokeworth, donde Petunia y Lily crecieron. También es el lugar de residencia donde vive nuestro murciélago de mazmorra favorito. Van durante las vacaciones de verano ... no hace falta decir que...