-Hora de dormir, Harry- dijo Severus, en realidad era más tarde de lo normal pero como Harry había estado durmiendo antes le había permitido quedarse despierto una hora y media más. Ahora eran las nueve de la noche, con un poco de suerte Harry se acostaría sin problemas. Estaba tratando de quitarle a Harry el hábito de dormir durante el día, no era una hazaña fácil ya que el cuerpo de Harry se estaba curando después de haber pasado por tanto. Su magia siendo atada, casi muriendo y se estaba adaptando a su nuevo hogar. No ayudaba el hecho de que usara magia accidental siempre que quería. Convertirse en una forma animagus era agotador para un joven de diecisiete años que estaba aprendiendo a hacerlo, no digamos para un pequeño de cinco años como Harry.
-¿Y ese hombre?- preguntó Harry, con los ojos verdes llenos de preocupación y miedo, no le gustaba que le diera miedo. Sabía instintivamente que el hombre seguía en la mansión, no estaba seguro de por qué pero simplemente lo sabía. Odiaba a los extraños y no quería que lo alejaran de Severus al que ahora llamaba papá. Los demás nunca se quedaban a pasar la noche, Lucius y Minnie siempre se iban después de unas horas. Minnie estaba pasando la noche también, pero no estaba tan preocupado por ella como por el recién llegado.
-Ese hombre es Sirius Black, y no te hará daño, los elfos domésticos lo están vigilando- dijo Severus arrodillándose, asegurando al pequeño que ningún daño le ocurriría. Cuando había accedido a mantener a Black aquí, no había previsto que Harry estuviera preocupado o asustado, si era sincero. Lo más sorprendente era el hecho de que Harry supiera que estaba aquí, no lo habían mencionado desde que Harry despertó, así que tuvo que tener alguna ayuda con los pabellones para detectar la presencia de Black.
Harry se mordió el labio, quería creer a su padre pero no estaba cien por cien seguro de ello. -¿Puedo quedarme contigo?- susurró Harry, tan bajo que Severus tuvo que esforzarse para escucharlo.
-¿Eso te hará sentir mejor?- preguntó Severus suavemente, haciendo que Harry levantara la cabeza de donde estaba mirando al suelo. Estaba realmente preocupado; no le gustaba ver esos ojos verdes aprensivos y aterrorizados. Significaba que Harry aún no confiaba en él para mantenerlo a salvo, o eso o le preocupaba que Black le hiciera algo y se llevara a Harry.
-Sí, papá- susurró Harry, sus ojos verdes suplicando a los de Severus.
-Muy bien, ahora vamos- dijo Severus, tomando la pequeña mano en la grande, los llevó a las escaleras y al dormitorio de Harry y a través de su baño. -Sólo estamos aquí porque todos tus juguetes lo están- añadió asegurando al pequeño, que evidentemente pensaba que había faltado a su palabra. Algún día Harry se daría cuenta de que hablaba en serio, tanto si se trataba de castigarlo si hacía algo malo como de mantenerlo a salvo.
Abriendo los grifos, dejó que el agua se llenara hasta su punto habitual mientras añadía el baño de burbujas y los juguetes de Harry en la bañera. Cerrando los grifos, dejó que Harry se metiera él mismo mientras cogía una pequeña toalla y la colocaba sobre el calefactor hasta que la necesitara. Dejando que Harry jugara un rato, recogió su mono y el libro con los animales, ya que era lo que el niño había pedido antes. Como había dicho Harry necesitaba toda la ayuda posible para ponerse a la altura de los niños de su edad.
Lo que le hizo pensar en Lupin, la idea de dejarlo cerca de Harry le revolvía el estómago. Sin embargo, sabía que Lupin haría todo lo que le pidiera con tal de poder acercarse a Harry. Lo que significaba que le enseñaría lo que él quería que le enseñara a Harry, y no permitiría que la supuesta fama de Harry le superara. No había garantía de que incluso los tutores en el extranjero fueran impermeables a la atracción que suponía dar clases a "El niño que vivió", no quería que se supiera. Dumbledore tenía contactos en todas partes, incluso en el extranjero, así que era preocupante. Suspiró cansado, frotándose las sienes, era difícil confiar en nadie, y menos en personas que conocían a Harry y a sus padres.
ESTÁS LEYENDO
THE VOW AND ITS CONSEQUENCES
FanfictionDudley Dursley exige ir a la feria, que resulta ser en Cokeworth, donde Petunia y Lily crecieron. También es el lugar de residencia donde vive nuestro murciélago de mazmorra favorito. Van durante las vacaciones de verano ... no hace falta decir que...