Capítulo 41: Opening presents

7.3K 909 61
                                    

Fieles a las palabras de Severus, los Malfoy y Minerva se dirigieron a Prince Hall justo antes del almuerzo. El grupo se había vuelto muy unido, Severus y Minerva, debido a la traición de alguien a quien habían considerado como mentor y amigo. El hecho de que Lucius ayudara a Severus cuando más lo necesitaba había hecho que Minerva se encariñara con él, y la amistad del trío se había fortalecido a medida que hacían todo lo necesario para llegar al fondo de la verdad. En el camino, Remus y Sirius se habían enterado de la verdad, Minerva, Lucius y Severus tenían una verdadera amistad, pero los dos Merodeadores habían sido tolerados por el bien de Harry. Severus no los consideraba amigos, pero ciertamente habían recorrido un largo camino desde los enemigos que habían sido una vez. Dumbledore los había fastidiado a todos, así que era lógico que siempre tuvieran eso en común.

Sin embargo, Severus no podía creer que estuviera sentado comiendo (y cenando después) con ellos precisamente en Yule, el tiempo los había cambiado a todos. Mirando a su hijo, viéndolo interactuar con Draco, ambos radiantes de exuberancia, Yule era para ellos, y más que para los adultos. A pesar de su entusiasmo, se alegró de ver que ninguno de los dos olvidaba sus modales y comían adecuadamente.

-¿Qué te ha parecido el regalo de Harry, Severus?- Preguntó Narcissa, sonriendo dulcemente a los niños, Draco había escogido para ella un hermoso collar de ópalo que hoy llevaba puesto. Le habían informado de lo que Harry había elegido para Severus, a pesar de que Lucius le había dado un suave empujón hacia otros artículos, pero Harry se había empeñado en conseguir la estatuilla de la cierva. Recogiendo la servilleta, limpió distraídamente el trozo de sopa que había goteado por la boca de su hijo antes de volver a dejarla en su regazo.

Severus miró distraídamente a la mujer: -Es un regalo muy apropiado-, contestó Severus, sólo ligeramente irritado, después de todo no era de los que hablaban de sus sentimientos o, mejor dicho, de los sentimientos sobre los regalos que recibía. Se sentía muy conmovido por el regalo, pero definitivamente no quería venir directamente a decirlo, y menos con Black y Lupin en la mesa.

-¿Qué era?- inquirió Minerva con curiosidad, ignorando el murmullo de -ingredientes de pociones probablemente- que dijo Sirius.

-Una cierva-, respondió Severus.

-¿Por qué es apropiado?- Preguntó Sirius frunciendo el ceño; cuando notó que todos, incluido Remus, lo miraban incrédulos se dio cuenta de que era algo muy obvio.

-El patronus de Lily era una cierva-, dijo Remus en voz baja, con el corazón apretado, sólo de pensar en la vibrante mujer que todos habían conocido pero que Harry nunca llegaría a conocer.

-Al igual que el de Severus-, señaló Lucius con suavidad después de tragar su sopa de tomate asado y mascarpone. -Sin embargo, no sabía que Harry supiera cuál era tu patronus-.

-Imbuí mi patronus en un globo terráqueo para Harry como luz nocturna-, explicó Severus, sin sorprenderse de que no lo supieran.

-Es una idea brillante, Severus, deberías considerar vender esa idea-, dijo Lucius con astucia. Muchos niños tenían miedo a la oscuridad, y esta era una muy buena idea, el amuleto patronus desprendería la sensación de seguridad, lo cual no era más que un beneficio añadido para ayudarles a largo plazo.

-Sería una buena idea, si la mayoría pudiera realizar el encantamiento-, señaló Severus, los cuencos de sopa vacíos que todos habían consumido desaparecieron. El Risotto de salvia y calabaza fue la siguiente comida que trajeron los elfos domésticos, que estaban muy ocupados.

-Eso, por desgracia, es demasiado cierto-, coincidió Minerva, mucha gente poderosa había estado en la Orden y, sin embargo, sólo unos pocos habían sido capaces de lanzar el encantamiento Patronus. Aunque al final unos pocos más habían podido hacerlo debido a la necesidad, los rumores de que los dementores se habían unido a la oscuridad habían sido la motivación para ello. -Esto es increíble, Severus, tendrás que felicitar a los elfos domésticos de mi parte-, añadió mientras tomaba más del Risotto, algo que definitivamente no se servía en Hogwarts, ni siquiera durante Yule.

THE VOW AND ITS CONSEQUENCES Donde viven las historias. Descúbrelo ahora