THE VOW AND ITS CONSEQUENCES

Capítulo 39: Dumbledore's trial

A Severus le parecieron días mientras esperaba el regreso de los demás, a la hora de leer el texto de Pociones de Primer Grado Harry se había quedado dormido. Había seguido leyéndolo sólo para asegurarse de que Harry estaba bien dormido durante diez minutos antes de dejarlo a un lado y convocar un libro que estaba leyendo y eso fue lo que hizo, leer, eso hasta que los demás regresaron. Se alegró mucho de verlos; la espera de la información había sido extremadamente larga e insoportable, incluso leyendo un tomo interesante para apartar su mente del asunto que tenía entre manos. Ninguna de sus expresiones delataba los resultados, si acaso sólo parecían agotados.

-¿Cómo ha ido?- inquirió Severus, sentándose más erguido mientras dejaba el libro a un lado en la mesa, junto al que había leído antes. -Siéntense, ¿desean algún refresco?-.

-¿Quieres el recuerdo para el pensadero o sólo la versión corta?- preguntó Lucius, tomando asiento, y sus labios se torcieron ligeramente al ver a Harry acurrucado sobre su dragón profundamente dormido. Era extraño pensar que hace sólo unos meses Harry era mucho más pequeño y bajo que Draco a pesar de que ambos tenían la misma edad. Se estaba poniendo al día, como lo demostraba el hecho de que cuando Draco había estado allí no se había notado demasiado la diferencia entre ambos.

-No me importaría una taza de té, Severus-, admitió Minerva, tanto Remus como Sirius asintieron en silencio

-Ambos-, respondió Severus inmediatamente. -¿Flippy? Trae unos refrescos para todos-, dijo tras una pausa de unos segundos hasta que el elfo doméstico se presentó.

-¡Sí, señor!- chirrió Flippy desapareciendo en el acto para hacer lo que se le pedía.

-La buena noticia es que lo condenaron a prisión-, comenzó diciendo Lucius, era bueno, se alegraba de que la reputación del mago mayor estuviera hecha trizas y fuera a parar a Azkaban, donde se lo merecía. Le fastidiaba enormemente que no fuera tan largo como había esperado, sobre todo después de estar sentado en un frío y duro banco del Ministerio de Magia durante horas. Claro que había sido divertido ver el caos para empezar, pero se había vuelto aburrido rápidamente.

-¿Y las malas noticias?- Exigió Severus su tono bajo para no despertar a Harry, ni siquiera parpadeó cuando la bandeja de comida y bebida apareció en la mesa en el centro de la habitación. Esperaba que le dijeran que a Dumbledore sólo le cayeron uno o dos años en Azkaban o algo así, a juzgar por la declaración que hizo Lucius.

-Sólo le cayeron trece años-, dijo Lucius con los dientes apretados, -Si no hubiera encontrado a Harry... sería responsable de su muerte, lo colocó allí e impidió que las autoridades muggles se lo llevaran varias veces. Impidió que lo salvara cualquiera que tuviera sus mejores intereses en el corazón... y sólo va a sufrir durante trece años- Oh, estaba más que enfadado, echaba espuma por la boca. Si ese hubiera sido su hijo... habría querido una justicia adecuada. La única razón por la que era tan "indulgente" era porque no podían encontrar el cuerpo de Harry, no tenían pruebas sólidas de su muerte y temían no tenerlas nunca. Para ellos, Harry merecía un entierro adecuado, que lo enterraran junto a sus padres y que le dieran una despedida apropiada.

Sirius palideció ante las palabras, recordando vívidamente lo que había visto en el pensadero, se había sentado durante toda la reunión siendo contenido por Remus furioso más allá de las palabras, pero se había comportado, la nueva vida de Harry había dependido de ello. Odiaba el hecho de que Harry no se hubiera encariñado con él, lo había amado cuando era joven, solía chillar cada vez que estaba cerca y le encantaba absolutamente estar con "Padfoot". Sin embargo, intentaba ser paciente y darle a Harry el tiempo necesario para que se recuperara, pero era lo más difícil que había tenido que soportar. El infierno de Azkaban había sido un juego de niños comparado con ver a su propio ahijado muerto de miedo.