Severus estaba escribiendo toda la información que habían reunido hasta el momento sobre los Horrocruxes en un gran trozo de pergamino. Quería encontrarlos todos y destruir cada uno de ellos para que Harry no tuviera que soportar el horror que había vivido en su adolescencia. Lily había querido que Harry creciera en una palabra sin miedo; por eso se había involucrado tanto en la guerra durante el último año y medio de su vida. Estaba decidida a que el reinado de Voldemort llegara a su fin, no le había importado la profecía, pero el miedo por su hijo la había obligado a esconderse para proteger a su hijo, que se había convertido en el objetivo número uno de Voldemort. Continuaría su búsqueda, para librar al mundo del Señor Tenebroso y poner fin definitivamente a su reinado de terror. Harry iría a Hogwarts y disfrutaría de la vida, sin una amenaza que se cierne sobre él. Eso si enviaba a Harry a Hogwarts, con Dumbledore allí no estaba seguro de que le gustara la idea.
-Ve a jugar con tus juguetes cariño-, dijo Minerva cuando ambos entraron en el salón que Severus utilizaba sobre todo como despacho.
Harry miró a su padre, sonriendo cuando Severus le asintió se dirigió a la gran caja que contenía todos sus nuevos juguetes. Llegó un gran paquete de cosas pero no había podido jugar con ellas. Su papá había querido que se fuera con Minnie y "se educara" había dicho.
-Almuerzo señor-, dijo la elfa colocando la gran bandeja en la mesa antes de desaparecer ya que su amo estaba ocupado.
-Harry, ven a almorzar, puedes tomarlo por ahí mientras juegas, sólo no hagas un desastre- dijo Severus, entregándole el plato con papas fritas, fruta y un sándwich. Sirviendo un vaso de leche, lo hizo flotar hasta la colorida mesa de juego de Harry. Harry se acercó de nuevo, colocando el plato junto a la leche y hurgó alegremente en su almuerzo.
-¿Cómo te fue?-, preguntó Severus.
-Sólo se sabía dos de los animales del libro, Severus está muy por detrás de otros niños en cuanto a desarrollos- dijo Minerva frunciendo los labios, por mucho que quisiera decir que Harry era bueno no podía.
No es que fuera culpa de Harry, ni mucho menos, pero tenía que hacérselo saber a Severus para que pudiera rectificar. -Gato y Perro fueron los únicos que reconoció-.
-Lo sospechaba-, dijo Severus asintiendo en reconocimiento a las palabras de Minerva.
-No es una causa perdida, por supuesto, sólo significa que quizá necesitemos media hora más para que se ponga al día con los demás de su edad- dijo Minerva. -Está muy avanzado en el habla, la mayoría de los niños de la edad de Harry no hablan así-.
-Eso es porque no ha estado rodeado de niños, está imitando a los adultos que le rodean- dijo Severus.
-Sí, ya lo sospechaba. Creo que sería mejor que siguiera así- dijo Minerva. -Tal vez una buena salida a la playa le ayudaría-.
Severus la miró con desgana; ¿tenía el aspecto de alguien que pasaba tiempo en la playa? Mirando a Harry, suspiró resignado, no podía seguir siendo el "murciélago de las mazmorras" mientras cuidaba de un niño. Su corazón se apretaba, cada vez que pensaba en que Harry le llamaba papá. Había seguido haciéndolo, y Severus no tenía en su corazón la posibilidad de detenerlo. Al menos sabía que había tenido otro padre, y no iba a ser acusado de mentir en el camino.
-¿Ha dicho algo sobre la Poción?- preguntó Minerva cambiando de tema, Severus se lo había confesado todo a ella y a Lucius. Severus se sorprendió de lo resistente que era Harry, pero Severus no estaba acostumbrado a estar rodeado de niños pequeños por lo que todo era nuevo para él. Sin embargo, con Minerva y Lucius, Severus estaba aprendiendo rápidamente que todo lo que estaba pasando estaba bien y era normal, al menos para un niño pequeño que había sido maltratado.
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THE VOW AND ITS CONSEQUENCES
Fiksi PenggemarDudley Dursley exige ir a la feria, que resulta ser en Cokeworth, donde Petunia y Lily crecieron. También es el lugar de residencia donde vive nuestro murciélago de mazmorra favorito. Van durante las vacaciones de verano ... no hace falta decir que...