capítulo 1

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En la Cocina

Meiling se encontraba en la cocina, su mirada fija en el teléfono mientras hablaba en voz baja.

—Sí, les avisaré cuando se vayan de aquí y espero que hagan bien su trabajo como lo planeamos —susurró Meiling, su voz llena de una fría determinación, sus dedos tamborileando ligeramente en la mesa de la cocina.

—No dejaremos ningún rastro, señorita —respondió el delincuente al otro lado de la línea, con un tono que mezclaba profesionalismo y amenaza.

—Bien, nos vemos —Meiling cortó la llamada, una sonrisa sombría asomando en sus labios.

En la Sala

De vuelta en la sala principal, Meiling llevaba un pastel con una expresión que solo reflejaba dulzura y cortesía.

—Disculpen la demora, pero aquí traigo el pastel —anunció con una voz melosa, colocando el pastel de chocolate en el centro de la mesa.

—No te preocupes, llegaste justo a tiempo —respondió la madre de Shaoran, con una sonrisa amable, mientras observaba a Meiling repartir las porciones del pastel.

—Este pastel de chocolate es muy especial. Pruébalo, cuñada, es realmente delicioso —dijo Meiling, entregando una porción a Akiho con una sonrisa aparentemente inocente.

—Sí, está muy rico —comentó Akiho después de probar un bocado, sus ojos brillando de placer.

—Es verdad, está delicioso —añadió Shaoran, disfrutando del sabor del pastel.

—Me alegra que les guste, porque lo traje especialmente de Hong Kong —dijo Meiling, con una mirada satisfecha.

—Sí, es delicioso —asintió la madre de Shaoran, tomando otro bocado con gusto.

Meiling sonrió antes de continuar, como si no pudiera contener su curiosidad:

—Por cierto, ¿ya han pensado en algún nombre para el bebé?

—Todavía no hemos decidido —respondió Shaoran, tomando la mano de Akiho y mirándola con amor—. Pero cualquier nombre que elija mi esposa será el más hermoso.

Una chispa de celos oscureció por un momento la expresión de Meiling, pero rápidamente la ocultó detrás de una sonrisa.

—He estado pensando en algunos nombres —dijo Akiho, con una mirada pensativa—. Si es una niña, me gustaría llamarla Nakuru, y si es un niño, Kaito.

—Son nombres muy bonitos —comentó la madre de Shaoran, con una sonrisa aprobatoria.

—Sí, son hermosos —dijo Shaoran, acariciando suavemente el vientre de Akiho.

—Me encantaría ser la madrina del bebé —anunció Meiling, esforzándose por mantener su tono alegre.

—Claro, serás la madrina de nuestro primer hijo —respondió Akiho con una sonrisa cálida.

—Sí, sería un honor tenerte como madrina, prima —asintió Shaoran, su rostro lleno de gratitud.

—Estoy de acuerdo —añadió la madre de Shaoran, con una sonrisa de aprobación.

Meiling miró el reloj y fingió sorpresa:

—Vaya, es muy tarde. Mañana tengo que levantarme temprano para algo importante. Disculpen por irme así.

—No te preocupes, nosotros también nos vamos pronto —respondió Shaoran, levantándose.

—¿Tan pronto? —preguntó la madre de Shaoran, con una mirada de leve decepción.

☆♡Cómo puedo convertirme en Ceo ♡☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora