Capítulo 20

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En otra parte:

—Mi señora, ya los preparativos están casi listos —dijo Kaito, haciendo una reverencia al entrar en la habitación.

—Muy bien, Kaito. Ya falta poco para acabar con Shaoran y su familia —respondió una figura femenina en la penumbra, sosteniendo unos documentos. —Dime, ¿cómo va la información con la persona que infiltramos?

—Me dice que no ha podido hacer mucho ya que no hace mucho que regresó.

—Ya veo. Dile que no me falle o sabe lo que ocurrirá.

—Entiendo, mi señora. Con su permiso, me retiro —dijo Kaito, haciendo una reverencia antes de salir.

En la mansión de los Lin, Shaoran no podía dejar de pensar en su familia. Sabía que había cometido errores irreparables, pero también estaba decidido a corregirlos. Durante el tiempo en que Sakura había estado lejos, Shaoran había cambiado significativamente. Se había esforzado por mejorar su relación con su padre, dejando atrás sus ambiciones de apoderarse de la empresa familiar y centrarse en su propio crecimiento personal.

Al día siguiente, se presentó en la oficina de su padre.

—Padre, quiero trabajar en la empresa del abuelo de Sakura —dijo Shaoran, con determinación en su voz.

Su padre levantó la mirada, sorprendido. —¿Estás seguro de eso? Es un movimiento arriesgado.

Shaoran asintió. —Estoy dispuesto a asumir el riesgo. Quiero estar cerca de mis hijos y de Sakura. Quiero demostrarles que puedo cambiar.

Su padre lo observó por un momento y luego asintió lentamente. —Muy bien. Te apoyaré en esto. Pero recuerda, debes ser paciente y respetuoso con sus decisiones.

—Lo seré, padre. Gracias por comprender —respondió Shaoran, con gratitud en su voz.

Mientras tanto, en la mansión del señor Masaki, Sakura se encontraba en la cocina preparando el desayuno para sus hijos. Nakuru y Eriol jugaban en la sala bajo la atenta mirada de su abuelo. De repente, sonó el timbre.

—¡Tomoyo! —exclamó Sakura, al abrir la puerta y ver a su amiga de la infancia.

—¡Sakura! ¡Cuánto tiempo! —respondió Tomoyo, abrazándola con entusiasmo. —He venido a verte y a conocer a tus preciosos hijos.

Sakura sonrió, invitándola a pasar. —¡Claro! Ven, están en la sala.

Tomoyo se acercó a los niños, maravillada. —¡Son adorables! Felicidades, Sakura.

—Gracias, Tomoyo. Estoy tan feliz de verte. ¿Cómo has estado? —preguntó Sakura, mientras servía té para ambas.

—He estado bien, muy ocupada con la empresa de juguetes. Pero siempre he pensado en ti. De hecho, he creado un nuevo producto y me encantaría que vinieras a verlo con los niños. Le he puesto tu nombre, pensando en ti y en tus hijos —dijo Tomoyo, con una sonrisa.

Sakura se emocionó. —¡Eso suena increíble! Claro que iremos.

En la empresa del abuelo de Sakura, Shaoran comenzó a trabajar discretamente, esperando el momento adecuado para acercarse a ella y a sus hijos. Cada día, veía a Sakura y sentía una mezcla de esperanza y culpa. Su asistente, Yamasaki, lo apoyaba en cada paso.

—Lo estás haciendo bien, Shaoran. Solo dale tiempo —le decía Yamasaki, animándolo.

Mientras tanto, en la universidad, Touya seguía con su rutina de trabajo. Todos los días, después de sus clases, Yukito lo acompañaba a casa, y algunas veces salían a cenar juntos.

Una noche, después de una larga jornada de trabajo, Touya y Yukito estaban cenando en un restaurante acogedor. La luz suave y la música tranquila creaban un ambiente íntimo.

—Touya, ¿cómo te sientes con todo lo que está pasando con Sakura? —preguntó Yukito, rompiendo el silencio mientras observaba a su amigo con ternura.

Touya suspiró, dejando sus palillos a un lado. —Estoy preocupado por ella, pero sé que es fuerte. Solo espero que Shaoran cumpla con su palabra y no la lastime más.

Yukito asintió, tomando un sorbo de su té. —Ella es increíblemente fuerte. Tiene una gran familia que la apoya, especialmente tú.

Touya sonrió levemente, sintiéndose reconfortado por las palabras de Yukito. —Gracias, Yukito. No sé qué haría sin ti.

Yukito sintió un calor en su pecho al escuchar esas palabras. Hace mucho tiempo que sabía que sus sentimientos por Touya eran más profundos que una simple amistad, pero nunca se había atrevido a confesarlos. En cambio, se contentaba con estar a su lado, apoyándolo en todo momento.

—Touya, tú también eres importante para mí. Quiero que sepas que siempre estaré aquí, sin importar lo que pase —dijo Yukito, con una suavidad que hizo que Touya levantara la mirada y lo observara detenidamente.

—Gracias, Yukito. No sé cómo agradecerte todo lo que haces por mí y mi familia —respondió Touya, sintiendo una conexión especial en ese momento, aunque sin darse cuenta completamente de los sentimientos de Yukito.

Yukito sonrió, su corazón latiendo con fuerza. —No necesitas agradecerme. Estar contigo y ayudarte es suficiente para mí.

La conversación continuó con temas más ligeros, pero Yukito no podía dejar de pensar en cuánto deseaba que Touya supiera lo que sentía por él. Por ahora, estaba dispuesto a esperar, disfrutando cada momento que pasaba a su lado.

En la ciudad, Meiling, una diseñadora de moda exitosa, estaba ocupada con su trabajo. Sin embargo, su obsesión por Shaoran no disminuía. Estaba decidida a estar con él, sin importar a quién tuviera que eliminar.

—Tengo que idear un nuevo plan para alejar a esos estorbos de mi camino —murmuraba Meiling para sí misma, mientras diseñaba una nueva colección.

La vida continuaba para todos, pero las intenciones de cada uno comenzaban a entrelazarse, creando un intrincado tejido de relaciones y decisiones que definirían su futuro.

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Nota del autor: 

Hola lo siento por la demora , pero gracias por su espera les quiero decir que pienso terminar esta historia con un total de 38 capítulos ,así que estamos algunos capítulos para finalizarla , no se si venga con extras ya casi finalizando hay les dire .

Nos vemos

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