En la mansión de los Lin, el coche de Shaoran se detuvo suavemente en la entrada principal. Sakura bajó con los niños en brazos, sin ocultar su incomodidad. Shaoran salió del coche y la acompañó hasta la puerta.
—Gracias por traerme aquí —dijo Sakura, con una voz controlada y fría.
—Espera, quiero decirte algo —respondió Shaoran, con un tono de urgencia en su voz.
—No tenemos nada de qué hablar, así que adiós —replicó ella, intentando cortar la conversación y alejarse.
Shaoran la miró con intensidad, su voz suave pero firme. —Veo que ya no eres la misma chica. Ahora eres otra persona.
Sakura se detuvo en seco, girando lentamente para enfrentarlo. Sus ojos brillaban con una mezcla de furia y dolor. —¿Qué más esperabas? Tú fuiste quien me convirtió en esto desde esa noche que abusaste de mí.
La culpa se reflejó en el rostro de Shaoran, sus hombros se hundieron ligeramente.
—Lamento tanto lo que hice. Entiendo que no quieras perdonarme, pero de algo estoy seguro: no descansaré hasta obtener tu perdón y asegurarme de que a nuestros hijos no les falte el amor de un padre —dijo Shaoran con voz trémula, pero decidida.
—Ya es muy tarde. Tengo que llevar a los niños a la cama. Adiós —dijo Sakura, su voz quebrada mientras se alejaba rápidamente, sus pasos resonando en el silencio de la noche.
A la mañana siguiente, en la mansión del señor Masaki, el sol entraba por los ventanales, llenando de luz la elegante sala. Sakura, con una expresión serena pero alerta, entró en la sala donde su abuelo la esperaba con los bebés.
—Buenos días, abuelo —saludó Sakura, con una sonrisa cálida mientras se acercaba.
El abuelo, levantando la vista de los documentos que revisaba, sonrió ampliamente al ver a su bisnieta y a sus tataranietos. —Buenos días, Sakura. Y buenos días a mis preciosos tataranietos.
Sakura miró a su alrededor, buscando a alguien más. —¿Dónde está Umiko? No la he visto en toda la noche.
El abuelo asintió, recordando de pronto. —Umiko me avisó ayer que iba a pasar dos días con su familia. Me olvidé de decírtelo.
—Está bien. Es bueno que pase tiempo con su familia después de estar tanto tiempo lejos. Yo también debería visitar a mi familia. Deberías venir con nosotros, abuelo —dijo Sakura, su tono era suave pero esperanzado.
El abuelo frunció el ceño, una sombra de culpa pasando por su rostro. —No sé... Tal vez me odien por lo que le hice a mi nieta y a tu padre.
Sakura negó con la cabeza, con una expresión comprensiva. —Yo te perdoné, y estoy segura de que mamá también lo hará. Ella siempre dice que quienes son sinceros y están verdaderamente arrepentidos merecen una segunda oportunidad.
El abuelo suspiró, conmovido por las palabras de Sakura. —Está bien, iré.
Sakura sonrió ampliamente. —¡Sí!
En la mansión de los Lin, la atmósfera estaba tensa y cargada de anticipación. El padre de Shaoran, un hombre de apariencia severa, lo observaba con un ceño fruncido mientras Shaoran se encontraba en la entrada.
—¿Qué haces aquí? No deberías estar buscando a la chica para arreglar tu error —dijo el padre de Shaoran, su tono era más un mandato que una pregunta.
Antes de que Shaoran pudiera responder, la madre de Shaoran entró en la sala con una sonrisa cálida. —Hola, hijo. ¿Cómo estás?
Shaoran se relajó un poco al ver a su madre. —Hola, mamá. Estoy bien. Vine a decirles algo importante.
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☆♡Cómo puedo convertirme en Ceo ♡☆
Roman d'amour🌹 La historia de Shaoran 🌹 Shaoran es un joven empresario frío y distante, marcado por la tragedia de haber perdido a su prometida en un accidente automovilístico hace tres años. Ocupa el puesto de Vicepresidente en la compañía familiar, pero su a...