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Tres Años Atrás

Shaoran trabajaba intensamente en la empresa de su padre, enfrentándose a la presión de demostrar que estaba listo para asumir un rol de liderazgo como futuro vicepresidente. Cada día era una prueba de su capacidad y compromiso. Él y su esposa Akiho, que llevaban dos años de matrimonio lleno de amor y comprensión, disfrutaban de una mañana tranquila en su elegante apartamento, donde la luz del sol entraba a raudales por las grandes ventanas.

El sonido del teléfono rompió la serenidad de la mañana. Shaoran, que revisaba unos documentos , atendió rápidamente la llamada al ver que era de Akiho.

—¿Dónde estás? Quiero ir a recogerte —dijo Shaoran con voz preocupada, arrugando ligeramente el ceño mientras hablaba.

—No te preocupes, cariño. Estás trabajando, yo solo estoy haciendo algunas compras y volveré pronto —respondió Akiho con tono sereno pero mostrando un leve cansancio

—Esta mañana te vi un poco pálida. ¿Estás segura de que estás bien? —insistió Shaoran, sus ojos entrecerrándose con preocupación, su pulgar tamborileando nerviosamente sobre el reposabrazos del sofá.

—Voy a ver al doctor. Estoy de camino al hospital para hacerme un chequeo. No te preocupes, te avisaré de cualquier cosa —Akiho sonrió ligeramente, aunque su rostro reflejaba el cansancio de los últimos días.

—Está bien, por favor, avísame de cualquier novedad —suspiró profundamente Shaoran, mirando el reloj en la pared.

—Claro, nos vemos luego —aseguró Akiho con voz tranquilizadora.

—Cuídate —pidió Shaoran, apretando los labios y cerrando los ojos momentáneamente antes de colgar el teléfono con una expresión de preocupación.

En el hospital, Akiho estaba sentada en la sala de espera, sus dedos jugueteando nerviosamente con el borde de su abrigo. Miraba alrededor, observando a otras personas esperando su turno. El reloj en la pared parecía moverse lentamente, como si el tiempo se hubiese detenido. Finalmente, la puerta de la consulta se abrió y el doctor salió con una carpeta en la mano y una sonrisa cálida.

—Señora Rin, he revisado sus análisis. ¡Felicidades! Está usted embarazada de tres semanas —dijo el doctor, acercándose a Akiho, sus ojos brillando con la noticia que estaba a punto de compartir.

—¡Voy a ser mamá! Muchas gracias, doctor —los ojos de Akiho se agrandaron por la sorpresa y su mano se llevó instintivamente al vientre, una sonrisa radiante iluminando su rostro.

—Recuerde venir cada mes para sus chequeos y asegurarnos de que todo va bien con el bebé —asintió el doctor con una sonrisa profesional.

—Lo haré. Muchas gracias, doctor. Nos vemos —Akiho asintió vigorosamente, todavía asombrada, mientras salía del consultorio, su mente ya corriendo con planes y sueños para su futuro como madre. No podía esperar para compartir la noticia con Shaoran.

Después de dejar el hospital, Akiho se dirigió al supermercado, paseando por los pasillos con una mezcla de emoción y cuidado. Sus manos se movían con suavidad al elegir los ingredientes, su mente parcialmente distraída por la gran noticia. Abrazaba su vientre con ternura, sintiendo una conexión nueva y especial con la vida que crecía dentro de ella.

—No puedo esperar para darle la buena noticia a Shaoran. Será una sorpresa maravillosa —pensó en voz alta Akiho mientras observaba los productos frescos, acariciando su vientre con una sonrisa de satisfacción.

De repente, se encontró cara a cara con Meiling, la prima de Shaoran, que empujaba un carrito lleno de provisiones.

—¡Vaya coincidencia! ¡Cuñada! —Meiling sonrió ampliamente y levantó una mano en saludo.

☆♡Cómo puedo convertirme en Ceo ♡☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora