Esposa del CEO 2

Capítulo 9

En cuanto a Anastasia y Erick, ambos estaban hechos un desastre.

Por todas partes habían asistentes corriendo detrás de ellos haciendo el mismo tipo de preguntas:

— Señora Anastasia ¿Qué color le gustaría elegir? ¿Amarillo anaranjado o Naranja amarillento? También tenemos disponibles Azul cielo o cielo azulado y...

— Señor Erick ¿Dónde debería sentarse el presidente de la corporación Z y su esposa? ¿Qué hay del señor Thomas? Recuerde que también vendrá la presidenta A ¿Dónde deberíamos sentarla?

— ¿Debería haber un candelabro de cristales? ¿Qué tan alto hay que ponerlo? 

— Aún no ha entregado las invitaciones.

— ¿Cuántas flores hay que poner en cada arreglo?

— El salón que pidieron estará ocupado ese día pero se desocupó uno más grande y con mejor espacio.

— ¿Volverá a usar su vestido de novia o habrá que arreglar uno nuevo?

— ¿Qué canciones debería tocar la orquesta?

— ¡Ya basta! — Explotó Erick para sacarse a la manada de asistentes que los estaban acorralando hasta el punto de ser asfixiante — Ustedes son los encargados, arréglenselas, nosotros nos vamos ahora.

Tomó la mano de Anastasia y la arrastró fuera.

— Erick todavía no hemos terminado de trabajar — Dijo Anastasia mientras era llevada al automóvil por su impaciente y estresado marido.

— Mi cabeza va a explotar, súbete al auto o quédate a contestar cuántas cucharadas de azúcar hay que ponerle a los postres.

En eso tenía un punto.

Todo aquel alboroto se debía a una sola razón: Su aniversario de bodas.

Dado a que no hubo ningún invitado oficial en la boda esta sería la oportunidad perfecta para convertirse en la comidilla de la sociedad por lo que muchos tomarían este evento como la boda oficial aún si ellos ya se habian casado, de solo pensar en la magnitud que estaban tomando las cosas se le hacían nudos en el estómago. 

— No puedo creerlo, prácticamente nos están haciendo casar de nuevo — Musitó de mala gana Anastasia.

Erick, igual de cansado que ella, también suspiró. — No se puede evitar, lo han estado esperando desde hace mucho, tuvimos que retrasar la fecha debido a la muerte de mi padre y el luto, realmente no quería hacerlo el mismo día de nuestra boda.

Porque sí, Erick planeó la celebración un tiempo antes de la fecha verdadera para no convertir su día especial en un anuncio propagandístico.

— Tenemos tanto trabajo que hacer que no nos quedaba de otra, pero no todo es tan malo, creo que la verdadera fecha de nuestra boda fue el día de la OBRC y eso es algo que nadie más que tú y yo sabemos — Trató de consolarlo con aquellas palabras dulces aunque en el fondo también estaba un poco desilusionada. 

— Básicamente ya nos hemos casado dos veces y en ninguna has tenido una boda de ensueño ni tampoco una merecida luna de miel, soy un total fracaso. 

A veces Erick era demasiado duro con sus autocríticas. — Las cosas que están pasando no son por culpa tuya, solo hemos tenido una mala racha, creo que soy yo la que te ha dado tan mala suerte.

— ¿Cómo puedes decir algo como eso? Creo que tú eres lo único en lo que puedo confiar ahora que todo parece irse al carajo... A veces solo quisiera... — Se detuvo ahí, no dijo más.