Esposa del CEO 2

Parte FINAL

Todavía no se acaba, el siguiente capítulo será el extra del final♥

***

La situación era bastante tensa, casi desesperada.

Nunca la había visto reaccionar de una manera similar, Anastasia se sentía extraña, estaba acostumbrada a la Edith que resolvía todo usando su astucia y que siempre daba la sensación de que no sangraría aún si le cortaban las venas.

Ver a esa misma persona teniendo un ataque de crisis frente a ella fue impactante.

— Ya cálmate ¿Quieres? Mis oídos se sienten aturdidos con tus chillidos. — Óscar no mostró la más mínima empatía ante el estado de Edith torciéndose en el suelo, privada en llanto mientras se halaba del cabello y empujaba a la Anastasia que quería ayudarla a que dejase de golpearse a sí misma. — No es para tanto.

Entonces Edith deja de torcerse.

— ¿Edith? — La llama Anastasia, estaba viéndola ponerse de pie otra vez, ni siquiera recibió una mirada de vuelta, pero no necesitaba ser especialmente detallista para notar su estado de trance. — ¿Qué estas haciendo? Regresa.

Por supuesto que fue ignorada abiertamente.

— No es para tanto dices... — Se rió. — Tú solo me engañaste y me usaste para asesinar a Anthony Russo y ser yo quien se pudra en prisión ¿No es cierto? me hiciste creer que estábamos en el mismo barco... Incluso secuestré a alguien con la esperanza de que mi deseo se hiciera realidad. Pero eso no es para tanto ¿Verdad?

Óscar miró aquello como una rabieta, sabía que se le pasaría en algún momento.

— Tienes que entenderlo, Edith. No seas egoísta, Anthony no podía seguir viviendo después de todo lo que ha hecho.

Edith solo sonrió, sin dar otro tipo de respuesta.

Eso pasó segundos antes de que se abalanzara hacia Milani, como una fiera a punto de devorarse a la presa que había estado vigilando con cautela, Milani apenas logró darse cuenta y no recibir de lleno el golpe de Edith, Anastasia los veía con asombro, no entendía nada de lo que le estaba gritando, Óscar apenas puede con la fiera de Edith que ya estaba arañándole la cara y la piel casi tanto como se la había arañado ella misma.

— ¡Ya basta Edith! — Gritó Anastasia por otro lado, desesperada tratando de quitarse la cadena que la ataba del tobillo. — ¡No vas a ganar y lo sabes!

Anastasia lo sabía, Edith también.

Pese a todo sabían que en una pelea tan desigual siempre ganaba el de mayor tamaño que sacaría un as bajo la manga... Y todo se quedaba en silencio tras el retumbar de un disparo seguido del sonido de un cuerpo cayendo en seco al suelo.

— ¿Q-qué? — la sangre incluso llegó a salpicarle la cara. — ¡¿Qué diablos le hiciste, Milani?!

Su cuerpo se heló al sentir la mano húmeda sobre el suelo, tuvo una combinación entre miedo y náuseas al ver que un pequeño charco de sangre se había formado bajo ella, Edith había caído a un lado y se torcía sobre el suelo, sin siquiera quejarse de dolor pero apretándose los labios con fuerza como señal de ello.

Óscar ni siquiera se movió luego de impactarla, solo siguió mostrando indiferencia.

— Ella ya no era útil.

Incapaz de creer aquello, Anastasia se arrastró con los brazos hacia la dirección de Edith. — ¡Eres un monstruo, tú la engañaste aprovechándote de su debilidad!