Capítulo 30

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Notas antes de empezar:

Recuerden que James es el verdadero nombre de Erick. (Avísenme si por error escribo Erick ;( Es la costumbre jajaja)

También les dejo la advertencia de contenido sensible.

Nota 2:

El capítulo estaba resultando demasiado largo y tardaría más en publicar, por eso decidí dividirlo en dos partes, espero pronto poder subir la segunda.

***

Doce años atrás

— Otra vez esta porquería... ¿Acaso te atreves a desafiarme, James?  — Julia, su madre, miró la hoja de papel entre sus manos y luego, sin cambiar su mueca de disgusto miró a su hijo frente a ella. — ¿No te dije que no te atrevieras a darme la cara si no traías un 100 a casa?

James retrocedió un par de pasos, su madre, que estaba sentada al borde de la cama seguía mirando la nota de su examen.

— M-madre... Pero el examen era realmente difícil, yo- — Su instinto de supervivencia o tal vez el miedo de ver a su madre acercándose hacia él hacía que continuara caminando hacia atrás. — Fui la nota más alta de la clase.

El abrazo afectuoso de su madre lo tomó por sorpresa, no sabe qué hacer cuando recibe lo que siempre quiso pero nunca tuvo: Su afecto.

— James, mi querido hijo. — Las palabras que siempre quiso escuchar por fin estaban siendo dichas, la voz armoniosa y dulce de Julia se quedó grabada en su mente y en su corazón, por primera vez se sintió satisfecho consigo mismo y correspondió el abrazo fraternal, como si no necesitara de nada más en el mundo. — ¿Realmente crees que voy a decir toda esa mierda y a felicitarte con un 95 en tu calificación?

Pronto se daría cuenta que bajó la guardia.

— No sabía que los estándares de la escuela habían caído tan bajo. — Julia con ensañamiento tiró de los cabellos de su hijo, incluso en el color de pelo se asemejaba con Anthony. — ¿La nota más alta de la clase? Eso es lo que diría un vago justificando que es un conformista, no el futuro CEO de la compañía.

James sintió un escalofrío y se sorprendió con los dientes apretados al causársele dolor en el cuero cabelludo. — ¡Madre! — sujetó la delgada muñeca que lo mantenía agarrado con ambas manos, sin saber de dónde su delgada madre sacaba la fuerza para empujar de él hacia abajo con tanto odio. — Lo siento, lo haré mejor la próxima vez... Lo prometo.

Después del duro golpe que se le fue asestado James se sintió entorpecido y la sangre que brotó bajó desde su nariz hasta que pudo saborearla en la boca, la mano de su madre estaba temblando, no porque se estuviera conteniendo o se hubiese arrepentido, eso podía distinguirse en la mirada desorientada y la forma agresiva en que empezaba a morderse el labio.

Solo sería el indicio de que había pisado una mina.

— ¡Porque eres un inútil es que siempre estarás a la sombra de Máximo! ¡Anthony jamás reconocería algo de tan poco valor como tú como hijo suyo! ¡¿Por qué tuve que ser castigada con este hijo inservible?! ¡No sabe hacer nada bien!

Los gritos desgarradores de su madre, que más allá de rebotar entre las paredes terminarían retumbando en su cabeza eran cien o mil veces más dolorosos que el castigo físico que impartía sobre su cuerpo al golpearlo una y otra vez mientras que él solamente podía cubrirse con las manos y los brazos.

Cuando su madre terminó de golpearlo a puño limpio hasta que sus nudillos sangraron lo arrojó al suelo, James cayó en el acto, de manera lamentable como un moribundo, estrellándose contra una mesa de cristales que perforaron su ropa y penetraron en la piel de su espalda, el oxígeno no llegaba a sus pulmones y la voz con la que podía pedir auxilio tampoco brotaba ante el pánico retenido en su cuerpo y la falta de aire.

Esposa del CEO 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora