▪Capitulo V▪

8.3K 952 100
                                    

El camino era un poco frio por la noche pero no me molestaba a causa de mi nueva condición, pero aún tengo problemas con el acelerador pero ya vamos mejorando durante el camino más silencioso que la clase cuando el profesor pregunta si quien robo la pluma de al castrosa.

En unos minutos ya estábamos en la ciudad, era un poco espeluznante de noche pero como dije ahora es mi nuevo hogar como el de Batman o el de Perry el Ornitorrinco, me imagine a mí haciendo los pasos de los agentes secretos con su pequeños sombrerito y la música de fondo.

-Dubidubiduba dubidubiduba- tarareaba en voz baja mientras caminaba en puntitas mirando a todas partes

-Australiano mamifero semiacuatico agente- cantaba en voz baja mientras seguía con mi modo espía.

-Mocosa- dijo Riley en un tono de advertencia pero lo ignore.

-Tiene un pico muy plano perfecto para peleaaarr- seguía cantando con una sonrisa divertida por las ultimas sílabas alargue como si fuera un ornitorrinco.

- Mocosa...- dijo Riley en un tono mas alto como si estuviera cabroneado, lo volvi a ignorar

-Como espia es el mejor
no es un pato ni un castor
tiene miles de fans que
lo hacen sentirse asi
grrrrr- seguía cantando mientras sentía la mirada endemoniada del Riley.

-Edelweiss- dijo en un tono bastante irritado, sentí que mis instintos de alerta de chanclas voladoras se activará pero estaba llegando a la mejor parte.

-Es Perry, el ornitorinco-dije en voz alta mirando al cielo mientras elevaba los brazos al aire, pero debi escuchar a mis instinto ya que una chancla voló hasta mi espalda logrando que caiga al suelo de espalda.

-Eso dolió estupido- dije mientras me levantaba del suelo a rápida velocidad para quedar a unos metros de Riley acariciandome la nariz.

-Ya me tenia hasta la coronilla con tu cancioncita esa- dijo el chico con los dientes apretados de molestia, lo mire mal por unos minutos para luego retomar nuestro viaje.

Tras unos segundos de puro silencio y no poder reconocer el lugar dije.

- Dónde estamos?- dije en voz alta por las calles nocturnas de Seattle como si estuviera bajo la luz del sol y con mucha gente a mi alrededor sin temor de llamar la atención de los vecinos o asaltantes

-Cierra la boca mocosa que llamas la atención- dijo mirándome con molestia, para luego girar su rostro hacia el frente y seguir cambiando de manera relajada.

-No te esponjes, solo era para ambientar la caminata y tengo nombre amigo- dije con molestia agregando sarcasmo al final, solo para agregar- y no soy una niña, tengo 17 años- dije con voz sencilla elevando los hombros.

-No lo aparentas copito- dijo mirándome con una ceja alzada,- por tu aspecto y estatura pareces tener entre 12 o 13 años, máximo 14- añadió con diversión mientras soltaba una sonrisa burlona.

Mira quien lo dice, el sujeto que dice tener 18 años pero parece de 32, solo rodé los ojos ante su burla y seguí caminando por el callejón, no tenía ganas de hablar o soportar sus bromas, además tenía hambre.

Seguimos caminando por las calles hasta que nos topamos con unos jóvenes bastante borrachos, se podía oler el alcohol y el tabaco de sus prendas además de que caminaban de forma descoordinada como un cervatillo recién nacido.

-Creo que ya encontramos a nuestras presas pequeña- dijo mirando al frente con una sonrisa depredadora, solo lo mire por unos segundos esperando alguna señal o algo más que dijera pero no ocurrió nada.

-Escóndete en ese lugar copito- dijo señalando hacia unos botes de basura que estaban a un costado, lo mire con curiosidad pero solo recibí una mirada llega de firmeza, solo asentí a sus palabras mientras hacia un salud marcial como si fuera un soldado saludando a su mayor.

Me fui tras los botes de basura y me levante un poquito para ver qué pasaba como buena curiosa, vi a Riley acercándose con pasos relajados hacia los jóvenes borrachos para saludar y conversar un poco.

Estaban charlando o eso creo ya que estaban bastante ebrios que si le digo que hay una horda de zombies a pocos metros se reirían como si les hubiera contado un chiste.

Me estaba aburriendo cuando vi que Riley se acercaba a uno de ellos y lo tomaba por el cuello de manera ruda, como el sujeto era un poco más bajo que él lo levanta como si fuera peso pluma y lo lanza hacia la pared como saco de papas.

-Eso debió de doler- dije haciendo una mueca de dolor ante tal acción, hasta a mí me dio algo de dolor ese golpe.

El otro al ver su amigo así, se abalanza sobre Riley pero rápidamente le da un rodillazo en el estómago para lanzarlo hacia el otro lado de una patada, hasta a mí me dio pena el chico.

Riley toma al primer sujeto del cuello de su caso y al exponer su cuello lo muerde provocando que el sujeto abra los ojos de manera exagerada y quiera gritar pero se queda atorado en su garganta.

Después de unos minutos Riley soltó al chico quien cayo sin fuerzas al suelo, Riley se gira para ver al otro que lo mira con profundo horror ante la vista, quien no lo estaría si ves a un chico succionando la sangre de tu amigo para luego mirarte con su rostro manchado de sangre y ojos rojos, así hasta yo me desmayo del susto.

-Hey, copito- dijo con una voz ronca mirando hacia donde estoy, yo estaba un poco asombrada por la vista tétrica del lugar- ven aquí- añadió aun mirándome con sus ojos oscuros, trague saliva ante eso ya que sentí un escalofrió bien frio subir por mi espalda.

Sacudí la cabeza para quitarme los males para salir de mi escondite y avanzar de manera rápida hasta llegar cerca de él, pude ver como el chico estaba en el suelo inconsciente, era de unos 19 años, piel pálida y cabellos negros con ojos marrones un rostro con pecas, parecía un chico bueno pero lastimosamente se topó en el camino de depredadores.

Llegue a un lado de Riley quien se limpió el rostro con la manga de su chaqueta para luego agacharse hasta llegar cerca de mi oído mientras colocaba su mano sobre mi hombro y decir en voz baja como un susurro.

-Ahí está tu comida copito- dijo con un tono dulce, mire de costado a Riley buscando alguna emoción o cualquier cosa que me diga que no lo es pero solo vi una sonrisa depredadora y añadió- anda ve, ya sabes que hacer-

Mire al chico frente mío que me miraba con temor al escuchar las palabras de Riley, tenía hambre en verdad y mis ganas de comer están superando a mis ganas de no morder al chico pero necesito comer.

Avance a pasos suaves pero firme frente al chico quien empezó a retroceder hacia atrás aun sentado en el suelo con temor y desesperación hasta chocar con el alumbrado público, avance hasta tenerlo frente mío y lo analice.

Era de unos 20 años, cabello azabache, más oscuro que el otro, piel pálida y ojos azules sin ninguna peca en el rostro, tenía rasgos similares al otro, creo que son parientes como hermanos o primos.

-Por favor, no lo hagas- decía con una voz temblorosa mientras pequeñas lagrimas caían por su rostro, esa imagen me dolió un poco, no quería matar a las personas pero si no lo hacía ahora terminaría atacando a otro mientras buscaba algún animal y eso no quiero.

Así que ignorando sus súplicas y los gritos de negación de mi cabeza tome su brazo izquierdo y quitando su manga dejando su muñeca libre ante mis colmillos fui acercándome rápidamente pero no sin antes decir...

Lo siento.


Disculpen por la demora manada, estuve un poco ocupada estos días.
Espero y les guste.

SchneeflockeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora