▪︎Capitulo XIV▪︎

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Alguna vez sintieron ese sentimiento de que la vida es tan rápido ya que si no corres por ella a toda marcha la perderás?

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Alguna vez sintieron ese sentimiento de que la vida es tan rápido ya que si no corres por ella a toda marcha la perderás?

Ósea es como cuando te persigue el perrito desgraciado de tu vecino, o una gallina loca, un pato psicópata, o una simple vaca a la que no le caes bien, es más o menos así.

Solo... que en vez de un perro, pato, gallina o vaca es un lobo que pesa como 200 kilos sin contar la cabeza, y en vez de uno son varios...

Entienden mi punto?

En fin, ahora saben cómo me siento en estos momentos teniendo a la mayoría de la manada tras mis bellas y pequeñas patitas pálidas o mi cuerpo entero.

– Por los pelos de escoba del Auron, aquí corro por que corro o me hacen papilla AHHHHHHH – grite cuando vi a un lobo acercarse a mis costados pero de un salto logré subir a una rama alta del árbol.

– Wow, tengo patas de canguro, me voy a vivir a Australia perros – dije al ver la distancia desde la rama hasta al suelo, era como 2 metros por ahí, pero al ver cómo uno de ellos intentaba alcanzarme use el modo mono

– Sálvame Sagu Mafuuuuu – dije mientras me balanceaba de rama en rama sosteniéndome de mis brazos, los lobos me seguían a gran velocidad.

– ¡¡Que me dejen de seguir que no me comí a nadie de por aquí!! – grité mientras seguía balanceándose como mono capuchino, eso no fue buena idea ya que solo los logré enojar más.

– Ay yo y mi boca tonta que solo dice pura tontería, ya trágame Diosito y expúlsame en Disneyland!!! – dije rogando al cielo para no caer en el hocico de Sam Ulley.

Tras balancearme por un buen rato sentía que algo malo venía, mire a min costado y ahí vi como uno de ellos se lanzaba hacia el árbol próximo al donde yo estaba, ahí tomé la rama que sostenía ya con mis 2 manos y con un largos impulsos como si fuera una hamaca logre hacer un giro de 360° al rededor de la rama para luego lanzarme hacia delante.

Aterrice a unos metros lejos de los lobos parada sobre mis dos pies he hice la pose de las gimnastas en una olimpiada.

– Debería ser gimnasta para ganarme medallas de oro – dije en voz baja pero deje ese pensamiento dorado atrás para seguir corriendo por mi vida tras escuchar los aullidos de perros de caza.

Sentía que 2 lobos estaban a mis costados, uno era Lahote con su gran pelaje gris oscuro y el otro era un lobo marrón oscuro pero en la parte del rostro era como la arena, creo que es Ateara.

Al parecer tenían un plan para atraparme pero no mi cielas, aún merezco vivir, al ver cómo se abalanzaban hacia mi por mis costados doy un salto hacia un árbol para escalar como si fuera un mono araña haciendo que ellos dos chocarán entre si de cara, haciendo una bola de patas, cabezas y colas peludas.

SchneeflockeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora