▪︎Capitulo XXXI▪︎

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Bueno

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Bueno.... Fracase como personaje que salva el mundo

Y eso que apenas voy por el nivel 2 del manual de cómo salvar el mundo.

Mi cerebro esta tan mezclado que parece huevos revueltos, en un parte de mi cerebro; donde lo tengo apilados junto a una hamaca; están mis recuerdos de mi vieja yo, donde gritan "pendeja, volve a casa que esta la cena", ese lugar queda cerrado por problemas con el sistema mal pagado.

En otra esquina, cerca de un basurero con un dibujo de calavera que se usa para desechos radiactivos y tóxicos; están los planes que quedan descartados por motivos muy lógicos como evitar la muerte, (matar a Victoria, falla: no se pelear y ella es más fuerte que yo), hasta los más locos (buscar un dragón, montarlo y hacer que incendie a Victoria y los demás neófitos por perros. Falla: no sé dónde está el dragón occidental, que también se llama Jake y menos se montar uno).

En la otra esquina; donde hay un escritorio de trabajador de oficina, incluso tiene una estatua del gatito de la suerte, donde están las posibles ideas que me ayudaran a salvar el día, pero que hay posibilidad de que no salga bien y termine como muñeco de plástico despedazado por las manitas de un niño pequeño.

Ósea, mi cabeza por alguna esquina, olvidada, desnuda y, quizás, con garabatos abstractos en mi cuerpo.

n la otra esquina, estoy yo... en crisis depresiva, ansiedad y con deseos suicidas en lo más alto de la vida, es como si estuviera en época de exámenes de universidad o preparatoria... esos lugares te roban la vida y dinero.

Básicamente... estoy jodida.

- No sé cómo mandarinas hare para lograr todos los objetivos que tengo - digo en voz alta, con desesperación clara en mi rostro, tanto así que tengo mechones de mi cabello siendo jalados por mí misma.

No sirvo para vivir!!! Me desespero rápido

Es tan difícil como aprender los enlaces químicos, dos días antes del examen de química... y lo digo por experiencia.

- Oye, si sigues así te quedaras calva como Papa Noel - comenta alguien a mis espaldas, el tono de voz es preocupada y dudosa, pero la mayoría solo podría sentir el tono burlo y molestoso del chico.

Por las mandarinas, me olvide de mis niños

Respiro profundamente por unos minutos, intentando calmar ese griterío interno que tengo en mi cabeza, tras sentir que mis nervios de avestruz están más calmados solo respondo.

- Papa Noel no es pelón Diego- digo con molestia, el chico pelinegro solo sonríe egocéntricamente, sumándole su porte de chico malo y esos ojos brillantes e hipnotizantes solo le dan un toque atractivo.

Encanto vampírico señoritas.

- Pero si frentona, como tú - contesto para sonreír con malicia, este chico es malo... pero no tanto como yo.

SchneeflockeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora