▪Capitulo XVI▪

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Díganme que no han sentido que el destino es una hija de put* por que en este momento siento que si lo es.

En esos momentos donde todo lo que planeas sale mal por a, b o z motivo, que ese plan que pensabas era bueno o perfecto estaba lleno de agujeros que no taparte y en ahora dañaron completamente tu objetivo

Si lo saben pues... ya saben cómo me siento ahora

Como verá el plan que cree no salió como esperaba, sabia que era muy sencillo para lo que en realidad iba a hacer, sabia que debía de pensar mejor las cosas pero sientes que lo sencillo es mejor, pero primero debes de ver si será bueno o no.

Este plan tenía fallas como cualquiera pero los ignore y seguí con ella, ahora estoy en este bosque rodeado de lobos, vampiros y que el sujeto que se lanzó hacia mi tal puma hacia una pelota de fútbol aun sigue aplastándome con fuerza mientras siento algo sobre mi cuello

Es extraño? Si

Da escalofríos su acciones? Mucho

Tengo miedo? Bastante

Saldré viva de aquí? Ojalá por que ya no siento mi columna

-El sujeto que está sobre mi como si fuera la cama de su cuarto le pediré amablemente que... SE QUITE DE UNA MALDITA VEZ!!! AHHHHHHH!!!- dije empezando a moverme como gusanito para que se mueva pero el sujeto no se mueve, claro que no, el pendejo sigue ahí sobre mi pensando que sabe que o haciendo quien sabe que con mi cabello

- DEJA MI CABELLO EN PAZ Y SALTEEE QUE YA NO SIENTO MI ESPALDA O COSTILLAS!!!- dije muy nerviosa y agitada mientras intentaba arrastrarme al frente para poder liberarme de este sujeto.

-Suéltala Jasper- dijo una voz suave y masculina que hace unos años conquistó a varias de nosotros por su belleza.

-Si ya quítate Jasp... - espere, dijo Jasper?! - que?- dije tras darme cuenta de quien tengo sobre mi cuerpo albino, tras alejar un poco de mi vista el manto que tengo de cabellera para ver unos ojos dorados muy profundos y los rizos dorados conocidos por todos nosotras.

Stock...

Eso fue lo que sentí al verlo pero unos minutos, pero luego recordé que mis brazos me dolían y que el 80% de mi cuerpo estaba aplastado por el gran y duro cuerpo del hombre, así que tuve que empezar a estirarse para salir de ahí pero era difícil cuando el otro era prácticamente peso muerto.

-Alguien puede ayudarme que ya no siento mis patas?- dije irritada intentando salirme de esta prisión que parecía muy cómodo.

Estaba intentando seguir cuando sentí unas manos frías y grandes debajo de mi axila para luego ser elevada hacia los aires con facilidad, me asombre por eso ya que yo ni con mi fuerza pude moverme y este si como si fuera un cuaderno que había caído al suelo.

Miraba el suelo cuando me elevaron al cielo, enserio que era alto, mis pies colgaban en los aires sin oportunidad de tocar el suelo ni con la punta de los dedos de los pies.

-Me siento como si estuviera siendo suspendida por el brazo de una grúa- dije em voz baja impresionada de los bajita que soy, bueno los 1.55 metros de altura que poseo no son muchos la verdad pero bueno...

-Pues eso no es nada- dijo una voz masculina como adulta pero se podía sentir los matices juveniles, mire al sujeto que me tenía suspendida en el aire solo para encontrarme con un oso. Ojos dorados llenos de luz y piel pálida, cabello corto como un soldado militar color negro, más la sonrisa más divertida y algo peligrosa viniendo de quien era y mi situación.

El alzó más sus brazos haciendo que me elevará más alto al cielo llegando a tocar una rama que golpeo mi cabeza

-Auchh!!, ten cuidado grúa que me puedes dejar más pendeja de lo que la vida ya me ha hecho- dije recriminando al chico oso polar quien solo reía por mi cara de dolor.

SchneeflockeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora