Parte 29: Llegó la hora.

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Era lunes por la mañana. Sophie y yo íbamos de camino al instituto. Mi corazón latía rápido, no sabía qué podía pasar hoy en el instituto. Quería esconderme de Heather a toda costa. Era tan despiadada, que sabía que me haría algo malo.

Pero, ¿acaso yo no había sido la chica que pegó con un vaso de cristal a su amiga? ¿Acaso yo no me había metido en mil peleas y siempre había salido ganando? 

No. Ya no era la misma. Yo antes era fuerte, era valiente. Nada me daba miedo. En cambio ahora no sentía fuerzas. Esa fuerza solamente la sentía porque tenía a Eli a mi lado. Ahora que Eli se había ido, ya no tenía nada.

Entramos por la puerta del instituto. La gente me miraba. Se decían cosas al oído, otros se reían de mi discretamente. Me preocupaba. No quería ser el centro de atención. Solo quería empezar mi vida en Estados Unidos con buen pie, y en prácticamente una semana, lo había estropeado todo.

El día siguió su curso hasta la hora de la comida. Yo ya me había olvidado de los cuchicheos y de las miraditas. Pero entonces todo empeoró.

Estaba eligiendo mi menú de hoy. Ensalada, patatas fritas y una porción de pizza. Estaba apunto de sentarme en mi mesa cuando alguién cruzó su pierna por delante de la mía y me caí al suelo. Tropecé y mi bandeja salió volando. Todo el mundo reía. Yo en cambio, estaba en el suelo. Miré hacia arriba para ver quien me había hecho aquello. En seguida reconocí aquel zapato rosa de tacón. 

- Heather... 

- Te dije que tuvieses cuidado. Apartir de ahora te voy a hacer la vida imposible. - me afirmó.

Sophie y Lucy me ayudaron a levantarme del suelo. Mi camiseta estaba llena de la salsa de las patatas y de trozos de ensalada. Me veía horrible. Todo el mundo me miraba, pero no me iba a dejar humillar tan facilmente.

- Ni siquiera sabía que ese idiota de Tyler era tu novio. Además, fue él quien intentó besarme a mi. - le dije.

Heather se dió la vuelta y me miró.

- Supongo que eres demasiado aburrida y por eso tu novio necesita buscar diversión en otros lugares. - le seguí diciendo.

¿Estaba provocando una pelea? Si. Lo estaba haciendo. Si no, ¿con qué otro propósito iba a sacar de quicio a Heather? En el fondo de mi alma, había algo demasiado oscuro que quería pelear con Heather. Me daban igual las consecuencias, solo sé que tenía ganas de algo como aquello. Y me daba igual con quién.

Por desgracia, Heather no estaba a la labor de pelear. Ella era más de destrozarte con palabras. Asi que tuve que forzar un poco la situación. 

La empujé.

Entonces fue cuando Heather reaccionó y se lanzó a pegarme como loca. Estaba claro que Heather nunca había pegado a nadie. Se notaba en sus torpes movimientos, pero sentía mucha agresividad. Lo veía en sus ojos.

La gente estaba como loca. Nos gritaban, nos animaban, y otros incluso grababan la pelea con sus teléfonos moviles. Pero nadie quería separarnos, asi que Heather y yo seguíamos peleando.

Le pegué un puñetazo en la cara, ella sangraba por la nariz pero me la devolvió dándome una patada en el estomago. Mi lado más violento salió a la luz. Tiré a Heather al suelo y comencé a pegarle bofetadas.

Yo me lo estaba pasando genial. No iba a mentir. Agarré a Heather de los pelos tantas veces como pude, y ella no paraba de gritar. Pero entonces apareció la directora del instituto y nos separó. 

- ¡VENID A MI DESPACHO, LAS DOS! - nos dijo mientras Heather aun intentaba pegarme.

10 minutos mas tarde, me encontraba sentada en una silla esperando a entrar al despacho de la directora. Heather estaba sentada en la silla de al lado. Las dos teníamos una pinta horrible.

- Cindy Cooper, pase por favor. - me dijo la secretaria. 

Pasé al despacho y me senté en una silla enfrente de la suya.

- Hola directora. - le dije con voz de victima.

- Cindy Cooper. La chica nueva. Solamente has necesitado una semana para meterte en líos y liarte a puñetazos con unas de las mejores alumnas del instituto. - me dijo seriamente.

- ¿Y qué si es la mejor? Empezó ella! - protesté.

- Por lo que muchos testigos vieron, Heather y tú estábais hablando pacíficamente cuando tú la empujaste. - me respondió.

- ¿Cómo? ¿Acaso nadie ha visto como me ha puesto su pie delante de mi y me ha hecho tropezar? - le dije.

- Lo siento Cindy, pero en Sacramento High School tenemos unas reglas muy estrictas en cuanto a la violencia. Voy a tener que expulsarte tres semanas. - me dijo.

¿TRES SEMANAS? - pensé. ¿Qué iba a pensar mi familia de mi? Era mi primera semana y ya les estaba metiendo en problemas. Ellos pensaban que era una chica buena, con buenas notas y cariñosa. Una vez más mi lado oscuro había salido a la luz sin yo quererlo. Una vez más, mi lado bueno estaba desapareciendo.

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⏰ Última actualización: Jun 10, 2021 ⏰

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