Parte 10: La primera vez

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La fiesta fue genial. Bebimos, bailamos y nos reimos muchísimo. Carla y Eli se hicieron amigos, lo cual me encantó. Al acabar la fiesta Eli y yo nos fuimos a su casa con Jorge. Los tres habíamos bebido bastante, pero pudimos llegar a casa y fingir que estábamos sobrios.

Eli y yo nos fuimos a su habitación y Jorge a la suya.

"Buenas noches pareja" - se despidió Jorge entre risas.

Me tumbé en la cama de Eli. Estaba agotada.

- Tengo algo para ti. - me susurró.

En ese momento Eli sacó su guitarra. No sabía que supiera tocar.

- Te he escrito una canción. No está acabada, pero significas tanto para mi que no aguantaba sin enseñartela ni un día más.

Me tocó y me cantó la canción. Hablaba de como nos conocimos, de su primera impresión cuando me vio en la playa sentada, muriendose de celos de Pablo cuando nos vio besándonos. De como le había hecho ser una mejor persona.

Cuando terminó me morí de amor. Me acerqué a él y le dije que lo quería muchísimo.

No podía quitarme la canción que me había escrito Eli de la cabeza: "tienes mi corazón" decía la letra.

Seguíamos besándonos, pero esta vez era diferente. Sentíamos mucho amor, si, pero sobre todo mucha pasión. No podíamos parar. Los dos estábamos ardiendo y teníamos mucho calor.

Notaba que Eli quería dar un paso más. Lo sé porque había estado en esta situación con otros chicos antes, pero yo siempre me negaba. Esta vez en cambio, yo también quería dar el paso. Sabía que él era diferente a los demás. Sabía que él iba a respetarme.

- Dime si quieres que pare...- me susurró.

- No, no quiero. - le respondí.

No sabía como me cabía tanto amor en el pecho. Era tan especial... ¿Cómo podía ser tan perfecto y hacerme sentir tantas cosas?

Eli y yo no paramos. Seguimos hasta el final. Había sido mi primera vez, y lo cierto es que me sentí genial.

- Te amo Cindy. - me dio un beso en la frente.

Los dos nos quedamos callados. Estábamos muy felices.

- ¿Sabes que le he contado a mi madre lo nuestro? No he tenido mas remedio. - le dije.

- ¿En serio? ¿Y que te ha dicho? Me parece genial que se lo hayas contado, además tú y tu madre tenéis muy buena relación.

- Si, eso es verdad. Pues me ha dicho que te invite a cenar este domingo. Pero no vengas si no quieres, le diré que no puedes y listo. - le sugerí, no quería que se asustase.

- No digas bobadas Cindy, me encantaría ir. Allí estaré.

Sonreí. "Qué voy a hacer yo con este chico, algún fallo debe de tener." pensé.

Al día siguiente lo primero que hice fue llamar a Carla y contarselo todo. Un momento como ese era algo que tenía que contarle a mi mejor amiga.

"- Dios mio Cindy, no sabes como me alegro de que tu primera vez haya sido con Eli y no con Pablo. Era un gilipollas, por mucho que sea nuestro amigo desde que eramos pequeños. Bueno, ¿y como fué? ¿Qué se siente? ¿Te dolió?..."

Estuvimos hablando de aquello y de otras cosas durante dos horas. Teníamos tanto de lo que hablar... Después de colgar tenía 35 mensajes de Eli, no sabía que estaba pasando. ¿Por qué tantos mensajes?

"¿Qué tal princesa?"

"¿Cindy? ¿Estás ahí?

"¿Te pasa algo? Por qué no contestas?"

"Llevas diez minutos sin contestar, me tienes preocupado."

"Cindy estoy empezando a molestarme."

"¿Tanto te cuesta responder? Me estoy enfadando muchísimo. No me pidas que esté siempre ahí cuando tú quieres si tú no eres capaz de contestar"

"..."

No entendía lo que estaba pasando. Eli se había enfadado conmigo porque llevaba dos horas sin responderle. Sé que hablamos a todas horas pero, ¿no puedo hablar un rato con mi mejor amiga? ¿Es tan grande la dependencia que tenemos el uno del otro? Me asusté. Tenía que hablar con Eli y decirle que no pasaba nada por tardar en contestar un poco. Le llamé por teléfono.

- ¿Se puede saber qué te pasa? Estaba hablando con Carla por teléfono, no podía contestarte.

- Pensaba que estabas enfadada conmigo, siempre respondes enseguida. De hecho, he llegado a pensar que estabas con Pablo... - me confesó Eli.

- ¿Cómo puedes pensar algo así? Despues de todo lo que pasó anoche... Solo te quiero a ti Eli, recuerdalo.

- Lo sé, pero no quiero perderte Cindy. Solo con imaginarte con alguien más... me vuelvo loco. Quiero que seas solo mía, no quiero verte con nadie más. No quiero que te separes de mi.

- No lo voy a hacer Eli, soy toda tuya y lo sabes. No me voy a ir a ninguna parte.

- Está bien, ¿nos vemos después de comer? - me preguntó. Parecía mas calmado.

- Claro que si, te quiero. Adiós. - Colgué.

"Quiero que seas solo mía." "No quiero verte con nadie más.".

No podía parar de repetir esas dos frases en mi mente. ¿Acaso era Eli Moskowitz una persona celosa y posesiva? ¿O era solo miedo? Puede que sea parte de su lado oscuro. Pase lo que pasé voy a hacer que confíe en mi, lo amo con locura y haré lo que sea por él.

"Lo que sea?" - me pregunté a mi misma.

"Sí, lo que sea". - Me respondí.

La furia de mi HalcónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora