Mi niña Café | Juliantina I Terminada

La necesito a mi lado

Lauren venía caminando hacia la Hacienda, después de ver que los "maleantes" se estaban alejando con una muchedumbre tras de ellos. Cuando llegó a donde estaban Lupita y Panchito, Lupita caminó hacia la ojiverde.

- Señorita Lauren ¿Que hace por aquí? ¿Esta bien? ¿Esos malhechores le han herido o algo? - Preguntaba mientras la abrazaba - Es... este... que gusto me da verla. - Hablaba nerviosamente Lupe - Disculpe lo que pasó, la verdad es que nos querían robar - Mintió - pero les dijimos que no teníamos nada y solo se llevaron algunas cosas sin importancia - Lupe estaba demasiado alterada y aterrada de que Lauren estuviera ahí - Pero...perdón ¿dónde están mis modales?,  ¡Aurelio! Por favor manda a alguien por el equipaje de la señorita Lauren por favor. - Lupe vió a Lauren parada sin maletas - ¿Dejó su equipaje en su auto?

- No Lupita, no traigo equipaje. De hecho me vine en...en taxi, si es que me estoy quedando en el hotelito del pueblo. Solo vine por Valen. Pero cuando llegué, vi que los estaban ... ¿asaltando? - Comentó Lauren con los ojos entrecerrados -  pero en eso también vi a Valen y a Juliana que iban a donde estaba ustedes, así que, me fui directo a donde las niñas para decirles que se escondieran y retrocedieran, pues para que arriesgar más gente, pero ¿ya ves?, ya que venía de regreso para ayudar, vi que los ladrones salieron corriendo. Así que, lo mejor será que vaya a buscar a Valen y a Juliana, para decirles que ya pueden volver - Laure iba a darse apenas la vuelta cuando Lupita habló.

- ¡Era él! - Hablo por fin Lupe. Lauren solo la miró y la incito a que continuara - El ya sabe que vive aquí, uno...de los amigos de mis niñas...Sergio ¡nos delató! Nos delató diciéndole el paradero de mi sobrina a ese infeliz - Dijo negando con decepción - Yo...yo no creo que desista señorita Lauren, va a regresar y se la va a llevar - Lauren solo levantó la ceja y después levantando los ojos pensativamente. Emiliano queria matar a Juliana. Por eso Juliana había llegado a la hacienda en primer lugar. Pero...después de tantos años, ¿para que?. Lauren sacudió sus bizarros pensamientos.

- Mira Lupita, eso lo vamos a tener que hablar en su momento, por lo pronto ya tengo que ir por aquellas porque debo llevarme a Valentina conmigo al hotel. Pero te prometo que terminando este pendiente que tengo con mi sobrina, tu y yo vamos a hablar de Emiliano - Lupe solo abrió los ojos demas pero bajó rápidamente la mirada y asintió a lo que Lauren le dijo - Lauren le dio un suave apretón en el hombro y con la mirada fija en la hacienda, le hablo al  capataz.

- Aurelio, ponga vigilancia en toda la hacienda esta noche. Se que todos los trabajadores quieren asistir a la fiesta del pueblo pero, necesito gente de confianza que vigile lo que resta del dia de hoy y parte de mañana. Por favor consigue los mejores y diles que se les pagará muy bien a aquellos que acepten - Aurelio asintió dándose la vuelta para cumplir la orden pero Lauren lo frenó - Necesito que me juntes todas las armas que puedas, por ningún motivo deben dejar entrar a nadie,  Aurelio, aunque sean conocidos por ustedes, nadie debe entrar al cafetalero y mucho menos a la casa grande, por lo menos hoy, por favor. - Aurelio asintió firme y decidido y se fue hacia el kiosco para ver a quienes reclutar 

- Bueno Lupe, voy por las niñas - Lauren comenzó a trotar en dirección hacia donde las había dejado, se les estaba haciendo tarde y ella sabía que no había mucho tiempo - ¡Valen! ¡Juliana! ¡Ya no hay peligro¡ ¡Ya pueden salir!

Las dos jovencitas aun agarradas de la mano, se pusieron de pie en cuanto escucharon a Lauren y se sonrieron entre ellas suspirando de alivio.

- Valentina, Juliana - Se acercó Lauren sonriendo - Gracias a Dios estan bien. Y tú - le dijo a la morena apuntando con el dedo índice y sonriendo - de verdad, Juliana, gracias por hacer lo que te pedí y cuidar de mi sobrina.

- No hay nada que agradecer señorita Jauregui, yo por Val daría mi vida si fuera necesario - dijo volteando a ver a la ojiazul mientras recibía una intensa mirada por parte de la rubia.