One-Shots [Genshin Impact x lector/a]

[One-Shot 8| Xingchiu]

 -Pequeña nota-

¡Buenos días, tardes o noches! Siento haber desaparecido todo este tiempo a pesar de haber dicho que actualizaría más frecuentemente, pero... Últimamente no he tenido muy buenos días y disponibilidad para escribir. Debo cuidar de una de mis mascotas recién operada y tengo un gran bloqueo creativo.

Así pues, deberé pensar si tomarme un pequeño descanso de escritura para poder reordenar mis ideas y regresar con más inspiración que nunca. Muchas gracias por la comprensión<3

UN POEMA PARA NUESTRO AMOR

Personaje: Xingchiu x lector/a

Advertencias: ninguna

Categoría: fluff/romance

Por última vez aquella mañana, miraste la pequeña nota que Xingchiu te había enviado el día anterior. Habías estado tratando de descifrarla desde que tu querido mejor amigo te había pedido pasar el día con él, pero nada estaba funcionando. Era como tratar de descifrar un texto antiguo. 

Sabías que su letra era desastrosa, pero esperabas poder entenderla aunque sea un poco. Al parecer te equivocabas, pues comenzaba a dolerte la cabeza de tanto que habías estado observando ese pedazo de papel. Quizás deberías pedirle ayuda a Chongyun para leer aquel texto. Cabía la posibilidad de que él supiese descifrar aquellas horrorosas letras, aunque ya habías perdido la fe casi completamente.

Escondiendo la nota en uno de tus bolsillos, te miraste al espejo una última vez antes de decidir que ya era hora de reunirte con Xingchiu. 

No sabías qué planeaba hacer tu mejor amigo pidiéndote salir con él a solas durante todo un día... Pero preferías no cuestionar sus ideas. Solo esperabas que no estuviese preparando una broma para ti. Conocías bien a ese chico de cabello azulado y gran control de la espada.

Mientras comprobabas una vez más las arrugas casi inexistentes de tus prendas, casuales y cómodas para poder pasar el día fuera de casa sin que éstas fuesen un problema, escuchaste cómo alguien tocaba la puerta de tu casa. Supiste entonces que Xingchiu ya había llegado para buscarte e iniciar aquella jornada juntos.

Al llegar a la puerta y abrirla, viste al joven con una sonrisa espléndida en su rostro. Portaba la ropa que empleaba generalmente para entrenar, y sus ojos ámbar parecían brillar mucho más que de costumbre. Con sus manos detrás de su espalda, parecía estar tramando algo, y notaste un escalofrío recorrer tu espalda por pensar en esa posibilidad.

—¡Buenos días! —saludó él, ajeno al temor que comenzaba a crecer en lo más hondo de tu corazón. No querías ser víctima de sus ocurrencias. Entonces, ensanchando su sonrisa un poco más, añadió—: Espero que ya te hayas preparado para pasar el día conmigo.