One-Shots [Genshin Impact x lector/a]

[Preferencia 5| Bennett]

[¿Cómo sería formar parte del Equipo de Aventura de Benny?]

—Siendo que apenas tenías experiencia en el campo de la aventura, no tenías requisitos realmente exigentes para unirte a un equipo.

—Por eso, cuando fuiste a Mondstadt en búsqueda de un equipo al que unirte y un chico de cabello cenizo se acercó a ti, no tenías ni idea del lío en que te ibas a meter.

—Ese chico era Bennett, líder de su propio equipo de aventuras (llamado Equipo de Aventura de Benny, un nombre que en un principio no te pareció muy original), y con una sonrisa radiante te dio la mano, presentándose.

—No obstante, casi al instante de que tu mano se entrelazara con la suya y su nombre saliera de su boca, una piara de jabalíes apareció por la entrada de Mondstadt y, sin previo aviso, se abalanzaron sobre el chico, mandándolo lejos de tu vista.

—Sin saber qué diablos acababa de suceder, miraste a Katheryne en busca de una respuesta a lo sucedido, ella solo suspiró y te explicó sobre Bennett.

—Al parecer, ese joven aventurero era la perfecta definición de mala suerte, y todos los miembros de su equipo se habían salido por eso mismo, dejándolo completamente solo y con su equipo al borde de disolverse por completo.

—Por eso, al verte, un rayo de esperanza lo iluminó y trató de invitarte a su equipo. 

—Y repito 'trató', porque por culpa de esos jabalíes salvajes -al parecer perseguidos desde Aguaclara por Xiangling en un intento de conseguir carne de buena calidad- no pudo hacerlo.

—En el momento en que Katheryne terminó de explicarte sobre Bennett y su inexplicable mala suerte, escuchaste un carraspeo detrás tuyo.

—Tras haberse recuperado de la estampida de jabalíes, el de ojos verdes había logrado regresar donde tú te encontrabas. Su mirada era solemne, y parecía, en cierto modo, ansioso.

—"¿Has escuchado lo que Katheryne dijo sobre mí...?", fue la pregunta que formuló, a lo que tú asentiste, no queriendo mentirle. Sin embargo, cuando quisiste seguir hablando, él suspiró y se dio la media vuelta.

—¿Qué... acababa de suceder? No lo sabías, pero ese chico te daba curiosidad, y no tenías ningún equipo al que unirte.

—Así que, reuniendo valentía, corriste tras él y gritaste con determinación que querías ser integrante de su equipo de aventura.

—De un momento para otro, sus ojos se llenaron de un brillo indescriptible y una sonrisa enorme surcó sus labios. ¡Finalmente su equipo dejaría de estar al borde de disolverse!

—Fue de ese modo que, de un momento para otro, te uniste a un equipo únicamente formado por ti y por otra persona. En este caso, Bennett.

—Cabe recalcar que Katheryne no estaba mintiendo. Ese chico, a pesar de ser un claro ejemplo de optimismo, estaba impregnado de una mala suerte imposible de ignorar.

—Aunque en un inicio Bennett parecía ser el único afectado por su mala suerte, como caerse por un barranco en vuestra primera aventura juntos, pronto terminaste siendo un imán para accidentes mínimos pero, a la vez, bastante molestos.

—Eso, a pesar de haber espantado a los antiguos compañeros de Bennett, no te afectó mucho. Al contrario, solía hacer las misiones más interesantes, y por lo general nunca pasaba nada realmente malo. 

—Además... Te habías encariñado con tu líder de equipo. No podías simplemente abandonarlo.

—O por lo menos, no te había pasado nada grave hasta que en una aventura por Espinadragón una avalancha cayó sobre ti, aplastándote justo al lado de Bennett.

—El aventurero no tardó en sacarte de la nieve con su visión Pyro, y pronto, llevándote en brazos, regresó a Mondstadt para ayudarte.

—Por suerte, más allá de quedar inconsciente, no tomaste daños muy graves, pero al parecer Bennett se sentía realmente culpable por lo sucedido.

—No tardaste mucho en despertar en la catedral donde Barbara te había estado cuidando, y con algo de sueño y frío, viste una silueta sentada a tu lado.

—Esa silueta era Bennett, dormido y con una mueca de preocupación y culpabilidad en su rostro adormecido.

—Cuando despertó, el chico no tardó en ir a tu lado, preguntándote si estabas bien y si necesitabas algo, ya fuera comida, bebida u otra manta para calmar el frío.

—Tras negar un par de veces, le hiciste saber que estabas bien, pero él continuaba algo alfigido por el asunto.

—"Si quieres puedes irte del equipo", dijo repentinamente, tomando asiento una vez más a tu lado. "No soporto la idea de que te hagas daño por mi culpa."

—Tus ojos se abrieron como naranjas. Él y tú habíais formado un buen equipo desde que te uniste a él, y te habías convencido de que aventurarte junto a él era lo mejor que podrías haber hecho.

—¿Acaso él no creía lo mismo? Pensabas que le habías dejado en claro que no te importaba su mala suerte.

—"Tienes mucho potencial para explorar. Pronto encontrarás otro equipo que te acepte", siguió hablando Bennett, y su sonrisa se volvió triste, melancólica. "Y podemos continuar siendo amigos, después de todo."

—Hartándote de sus palabras, te abalanzaste sobre él y lo abrazaste lo más fuerte posible.

—"No me iré a ningún lugar", respondiste con firmeza. "El único equipo al que perteneceré será el tuyo."

—Cuando viste las lágrimas de alegría que bajaron por sus ojos brillantes, supiste que habías hecho la decisión correcta.

—Después de todo... ¿Qué importaban un par de accidentes si podías ver su sonrisa a diario?