One-Shots [Genshin Impact x lector/a]

[One-shot 12| Scaramouche]

LA CASA DE LAS MUÑECAS

Personaje: Scaramouche/Scaramuccia x lector/a

Advertencias: Menciones de sangre, violencia y temas sensibles como secuestros y consentimiento dudoso (¡NO NSFW!). En caso de tener Automatonofobia (miedo a todo lo que falsamente representa un ser sensible, como muñecas, títeres o maniquíes), proceder con precaución, ya que la mayoría del one-shot gira en torno a muñecos humanoides.

Categoría: ¿terror?, misterio, hurt no comfort

Ibas a morir ahí dentro. La sensación de claustrofobia se incrementaba con cada paso que dabas, y la madera mugrienta crujía bajo tus pies sin permitirte oír los sonidos que te acechaban en cada rincón de ese lugar. 

Claro que había sido una pésima idea acceder a ese edificio. Su exterior estaba plagado de carteles cuyo texto repetía lo mismo una y otra vez: PROHIBIDO EL PASO, y aquello ya debería haber sido una advertencia definitiva para mantenerte lejos de ahí. Pero tú, que ya habías oído unos cuantos rumores sobre el origen de esa edificación, habías insistido en ir. Querías descubrir los misterios que encerraba ese recinto oscuro y mohoso, incluso si debías arriesgar tu vida caminando por los estrechos pasillos de la Casa de las Muñecas. 

La Casa de las Muñecas era un nombre tabú en tu ciudad. Cualquiera que oía ese título, pensaría primero que nada en una tienda de juguetes algo siniestra. Sin embargo, la realidad de esa casa era algo más siniestra. Estaba situada en un parque industrial abandonado de la ciudad, tan alejado que ningún sonido podía escucharse, y su origen era desconocido. Algunos juraban haber visto ese edificio aparecer de la noche a la mañana, pero era sorprendente que una vivienda de tres pisos surgiera por arte de magia. 

Ese mismo misterio había atraído a varias personas hacia ese lugar, pero nadie había regresado. Por eso mismo, el alcalde de tu ciudad había decidido poner cartas en el asunto y tapiar el acceso, además de colocar carteles a tutiplén, para evitar que más desafortunadas personas se adentraran ahí. 

No obstante, eso no había sido suficiente para detenerte a ti. La curiosidad parecía atraer a todas las personas al interior de esa casa, y tú no habías sido una excepción. Parecía un imán, atrayendo a humanos sin motivo alguno. Ahora, ya no había vuelta atrás, y nada más entrar a la casa por una de las ventanas traseras, cubierta de hiedra que los constructores habían ignorado, supiste que no podrías marcharte de ahí hasta satisfacer todas tus dudas.

Lo primero que viste nada más entrar a la casa fue un par de ojos blanquecinos que te observaban desde la oscuridad a una altura considerable. Esa fue la segunda señal que te hizo querer salir corriendo de ahí, pero una fuerza magnética pareció atraerte hacia esos orbes que te contemplaban, a pesar de que tu cuerpo temblaba y tu corazón se había acelerado a una velocidad enfermiza. 

En tu mano llevabas un bolso con todo lo que necesitarías para esa investigación, en especial una linterna, y gracias a eso pudiste comprobar que ese par de círculos claros pertenecían a un maniquí de tu misma altura.