One-Shots [Genshin Impact x lector/a]

[Preferencia 10| Diluc]

[¿Cómo sería tener una cita con Diluc?] 

(continuación de la anterior preferencia de Diluc)

—El día y la hora había llegado. Era el momento que por tanto tiempo habías estado soñando: tu cita con Diluc estaba a punto de volverse realidad, y no tenías ni idea de qué hacer para prepararte mentalmente para ese momento. Querías gritar, reír y llorar a la vez, y ni siquiera sabías cómo debías tomarte esa mezcla de emociones.

—Tal vez, lo mejor sería darte media vuelta y tratar de posponer esa cita... Pero no podías hacer eso, no teniendo en cuenta que el tabernero había confiado lo suficiente en ti como para pedirte pasar un buen rato a solas con el propósito de conocerte mejor.

—Así pues, te armaste de valor y observaste el pequeño papel que Diluc te había otorgado antes de marcharte del Obsequio del Ángel.

—Una dirección bastante clara estaba escrita en él. El Viñedo del Amanecer parecía el lugar indicado para la cita, y él había pensado lo mismo, por lo que te había citado justamente ahí.

—Ahora solo te quedaba dirigirte ahí y dejar que los arcontes te diesen la fuerza suficiente como para no desmayarte durante el camino.

—Llevabas puestas tus mejores prendas, y tu cabello estaba peinado con esmero para verte presentable frente a Diluc. Sin embargo, tu rostro no combinaba con la elegancia de tu ropa, pues lucía visiblemente nervioso.

—En realidad, aquella era tu primera cita y no tenías ni idea de qué tenías que hacer. ¿Deberías comentarle acerca de tu vida? ¿Preguntarle sobre la suya? ¿Hablarle de intereses? ¿Confesarle que él también te gustaba desde hacía tiempo?

—Con tantas dudas rondando por tu cabeza, no te diste cuenta del momento en que llegaste al Viñedo del Amanecer.

—Ahí, todo lo que alguna vez te había preocupado se disipó al ver a Diluc. No llevaba puesta su ropa habitual, sino que estaba enfundado con un traje blanco que delineaba su figura a la perfección. Por otra parte, su cabello escarlata había sido recogido en una coleta alta que dejaba apreciar su rostro a la perfección, y su expresión se veía calmada. 

—Él te estaba esperando en la entrada del edificio principal, caminando de un lado a otro como si, a pesar de sus rasgos faciales tranquilos, estuviese inquieto. Solo esperabas que no se hubiese arrepentido de haberte pedido salir con él... Aunque, si fuese así, no habría puesto tanto esmero en su ropa aquel día, ¿verdad?

—Tranquilizándote un poco, pasaste tu mano por encima de tu ropa, acomodándola, y decidiste dejar de dar vueltas por la zona para finalmente reunirte con el pelirrojo. Él te estaba esperando, después de todo, y no querías que se enfadase contigo debido a una impuntualidad causada por los nervios.