Zoé.
Voy con la tercera malteada de chocolate, cuando me llega un mensaje de mi madre. Sobreviví a mis siguientes cinco clases, pero no con la frente en alto o con la confianza que me despertó esta mañana. Apenas si entendí una palabra de la maestra de Matemáticas. Química está por los suelos. Menos de Español o Filosofía. Historia ni se diga.
Voy a reprobar.
Lo sé. Lo presiento por el pésimo tiempo que le invierto a todo últimamente.
Voy a reprobar.
No me graduaré o iré a la universidad.
Me quejo en silencio, y dejo caer la cabeza entre mis brazos, sobre la mesa de Mercedes.
Qué mierda.
– Tres en un día, ¿no te da miedo engordar?
¡Qué mierda!
Levanto la cabeza –a vuelo de pájaro–, y me encuentro con el amigable rostro de Samuel, alias Sam, alias: YosoySamelchicoquetediomilesdecorreosparaquepudieramosconversar.
<<Ay, Diablos.>>
– Jamás conocí a una chica que no contara las calorías que ingiere.
Me quedo muda.
– Aunque..., crecer rodeado de animadoras tampoco ayuda, eh –bromea.
Lo miro expectante.
– Ah, perdona... Es que te vi desde la calle, ahí sentada y pensé que te habían dejado plantada. Y me dije 'esta es tu oportunidad, Sam. No la desperdicies'. 'Esta chica te gusta. Aprovecha a colarte en su vida y pedirle una cita' –se ríe. Su risa es amigable, y con el ligero toque encantador de príncipe de ensueño.
– No, no me dejaron plantada –digo.
– Ah, ya veo. Entonces, mi plan va mejor de lo esperado. Qué bueno... Bien, bien...
Vacila unos segundos más, hasta que consigo entender la escena que se desarrolla frente a mí.
Y..., entonces caigo en la cuenta de que le debo una llamada a este muchacho de buen porte y nobles sentimientos.
Rayos.
– Disculpa si no te contesté esa vez, me refiero a la fiesta, porque me hablaste y no te atendí.
– No pasa nada –dice, y le quita importancia–. Digo, no eres mi chica o mi amiga, así que no me debes nada. Soy un extraño –vuelve a reírse, al enfatizar en la última palabra.
– Ja, ja –finjo una risa.
– Pero... ya que estamos, porque no aprovechamos para conocernos un poco mejor. Porque, lo que dije antes fue verdad, en serio me gustas, Zoé. No por nada te di toda mi información en bandeja de plata para que pudieras investigarme, pero como vi que no me escribiste, por eso yo te busqué en Facebook, y encontré tu número en tu perfil. No quiero que me tomes por un acosador, pero la verdad es que...
Una figura vestida de negro, como la parca misma, se sienta a mi lado.
– La verdad es que para un tipo como tú: bueno, dedicado a sus estudios, dolido porque tu novia porrista te dejó por el capitán del equipo de fútbol, tuviera que entrenar todo el verano para conseguir –por lo menos–, el puesto de pateador, creyendo que así tu exnovia regrese a tu lado... Ah, eso y ponerla celosa con otra chica..., para mi gusto un poco rebuscado, pero igual demasiado sobrevalorado como para que no te funcione.
ESTÁS LEYENDO
Equivocada Decisión ✔️ [Parte 1]
Teen FictionAidan y Zoé son mejores amigos desde el primer grado. Hacen todo juntos: estudian juntos, bailan juntos, comen juntos, lloran, discuten, se acuestan... ¡UPS! Bueno, sólo pasó una vez, y fue unos meses antes de que Zoé conociera a... Jake; pero no el...