Capítulo 41

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Jake.
O... ¿Jack?

Mi sonrisa se ensancha, como la de un puto psicópata, que obtiene justo lo que quiere de su próxima víctima. Ay, madre mía, esto será divertido. Cruza el umbral, de su mal atendida casa, dando el clásico portazo de niña consentida que no gana el último caramelo de la tienda. Es una malcriada en todos los aspectos de la palabra. Una suicida por enfrentar a una bestia como yo. Una niñita caprichosa que pone los ojos en blanco como una maldita profesional. Una enana que piensa que el mundo gira a su alrededor.

Así que, mi apodo para mi conquista de las próximas dos semanas es el adecuado..., es una chiquilla de culo y pechos turgentes. Tiene una exquisita piel morena, y pintorescos lunares en su cuello y pecho. Parece un dálmata. La mancha en su frente es una estrella que eriza los vellos de mi nuca, y... endurece otra parte de mí que sirve para darme placer.

¿Por qué me excita tanto?

Me quedo ahí plantado como un idiota, viendo y analizando cada aspecto de su humilde casa. La mayoría de los vecinos tienen un bello jardín con árboles de hasta diez metros adornando sus patios traseros o delanteros. Éste patio parece la copia exacta de Malcolm in the middle en toda su gloria. Mis respetos si ese era su objetivo a cumplir. Ha capturado la esencia de la serie.

Esa niña, en definitiva, sabe cómo sacarse de quicio ella sola. Sabe buscarse problemas. Y cómo manejarlos a su voluntad. También cómo responderte cuando te portas como un maldito Neanderthal.

Ese fuego que muestran sus ojos, no son los de una muchachita temerosa o con padres perfectos. No..., esos ojos son los de una muchacha que ha sufrido, y busca vengarse o desquitarse de quien sea. En este caso: yo. Creo que ha encontrado mi compañía conveniente, para su desquite personal con la vida.

Oh... vaya, vaya... Creí que yo era el único que hacía eso con las personas. Jamás me imaginé encontrar a una fiera disfrazada de puta, con mis características. Pensé que yo era el único que gustaba de usar una máscara, para disfrazarme entre las multitudes. Esta nenita también se porta como el resto de la sociedad, para disfrazar su verdadera identidad.

¿Cuál será su secreto?

¿Qué podría ser tan turbio o peligroso, para encubrirlo de este modo..., usando una cara pintada o fingir una personalidad brusca y grosera?

¿Qué ocultas, chiquita?, ¿qué será?

Al menos cuento con ella para entretenerme estas dos semanas. Usualmente tardo una en convencerlas, y otra para llevarlas a la cama. El fin de semana es un descontrol de sexo sin protecciones o restricciones. Y vaya que podía ver a esa florecita desnuda entre las sábanas, follando conmigo en rincones de mi habitación, o incluso estrenando la presión de la regadera de mi nuevo cuarto, en mi nueva vida, de regreso al pueblo de mierda en donde asesinaron a mi padre...

No podía pensar en él o en lo que me hicieron mis padrastros. Tampoco puedo culpar a mi madre por sentirse sola e impotente por tantos años. Ella hizo lo mejor que pudo. Se sintió despreciada por ella misma, y por mi abuela. No tenía a nadie cuando murió mi padre. No teníamos a nadie. Así que no puedo culparla, por confiar en el primer psicópata que le prometió una mejor vida. Y tampoco por los que le siguieron después de él.

Esos hijos de puta me hicieron daño, demasiado... Ni siquiera Aidan sabe cuánto sufrí a causa de ellos...

Aidan.

En cuanto giro sobre mis talones, me encuentro con la deformidad de su rostro que chicas de su escuela –y ahora la mía–, encuentran atractiva... Por alguna razón, consideran su pelirrojo cabello una muestra de valentía y buena compañía en la cama.

Equivocada Decisión ✔️ [Parte 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora